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Nota de la Autora: Este capítulo como el siguiente estarán narrados en la Época Antigua y en la Moderna respectivamente porque son los preparativos para comenzar como tal la historia. Espero no marearlos con los rituales que aquí se narrarán. Sin más que decir disfruten la lectura :)

Antiguo Egipto.

Al día siguiente, el Palacio parecía el templo de la tranquilidad. Pero siempre dicen que dónde está todo tranquilo, se trama un gran ataque por la espalda. Y todo ese pensamiento tenía a un resucitado Seth con una gran sonrisa de victoria.

-Cuando ese tonto se dé cuenta, todo esto estará en mis manos... Incluso su propia vida- como estaba comiendo en su habitación, agarró una jarra de vino y tomó un gran sorbo- Como el sabio sacerdote dijo : "Debes poner todo tu empeño para que lo que deseas te llegue"- al terminar la jarra, llamó a una sirviente que acudió temerosa de lo que podría llegar a hacerle, puesto que tenía fama de ser violento con los que no le obedecían- No te preocupes, si te portas bien, hoy te daré una buena recompensa.- le sonrió con los ojos oscuros. Hacia tiempo que no satisfacía sus necesidades, era un hombre después de todo y aquella chica no era fea, tenía un bonito rostro y buenas curvas. Si se divertiría esa noche.

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Al otro lado del Palacio, Horus se encontraba caminando de un lado a otro pues se había dado cuenta de que su madre había escuchado toda su conversación, tenía un mal presentimiento con lo del ejército, pero no podía permitir que los soldados no le mostraran respeto e incluso se le revelaran o osaran desafiarlo. Por esa misma razón, le pidió ayuda a su tío Seth. Él había sido en su época un gran guerrero y confiaba en que bajo su guía el liderazgo sería efectivo... Con eso en mente, fue a visitar a su madre a su habitación, quería pedirle perdón por haberla hecho llorar... Quería prometerle tantas cosas que ni el mismo se entendía. No se merecía a una madre como ella. Desde que era pequeño lo cuidó de todos los males existentes, incluso en esas circunstancias tenían que esconderse para poder encontrar el momento perfecto para atacar.

Hubo una ocasión en la que lo tuvo que dejar al cuidado de una sacerdotisa porque el viaje era mucho para su pequeño cuerpo. En ese lapso, conoció a otro niño llamado Gahiji con el cual se hizo una linda amistad. Años después, al enterarse de la muerte de la que consideraba su nana, Horus convenció a la Diosa para dejarlo quedarse en Palacio, puesto que se había quedado huérfano. Después de que éste les mostrara sus artes culinarias, lo dejaron instalarse dándole el título de cocinero real; cada noche, los habitantes del lugar tenían el privilegio de degustar los manjares preparados por el humilde muchacho.

Sin que nadie supiera, cada 3 días casi al caer el ocaso, el semi-dios encontraba la oportunidad de escabullirse en los terrenos donde los hornos y cuchillos eran las estrellas de los platillos. Todo comenzó como un juego de adolescentes, él apareciendo y robándole jugetonamente algunas frutas para comerlas frente al otro, haciéndole rabiar y querer hacer lo mismo. Y Gahiji se le aparecía en medio de las prácticas y le jugaba que le iba a vencer en algún duelo o en batalla. Eran juegos inocentes hasta que un día uno de los dos se tropezó y sin querer chocaron sus labios en un inocente beso. Obviamente por un par de días ninguno de los dos se atrevió a verse la cara. Y cuando el heredero al trono lo buscaba, el otro lo evitaba.

Horus no aguantó tanto tiempo y salió a buscarlo, lo esperó pacientemente en la entrada de las cocinas y al ver que no salía decidió entrar.

Decir que el castaño no se asustó al sentirlo abrazarlo por los hombros era mentir. Apenado, pidió permiso para salir unos minutos y el otro lo siguió.

-Por Ra, ¿Qué demonios te pasa?- le preguntó en susurros el chico después de verificar que no había nadie alrededor.

-Hace varios días que no me hablas, ¿Y tu me preguntas que me pasa?- le reclama el semi-dios agarrándolo del brazo firmemente.

Mi Amada Diosa #ONC2021Donde viven las historias. Descúbrelo ahora