Capitulo 4 - Mugroso cereal

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Martes, por la mañana y yo agotada. Debí haberles hecho caso cuando me dijeron que el jet lag me las iba cobrar. Pero no hice caso me creí invencible. Estaba agotada, en la noche solo pude dormir 3 horas. Porque  a mi querido mejor amigo se le ocurrió llamarme para preguntar cómo es que iba. Le conté sobre la familia omitiendo la fama aparente, también que eran muy divertidos y que me recordaban a mis hermanos. También le conté el pequeño incidente con el hermano mayor, no se lo tomo muy bien, porque cuando le conté de inmediato me dijo que tenía que ir a hacer las compras.
Honestamente no entendía por qué rayos se enfadaba, si siempre lo mantuve alejado, no quería llenarlo de expectativas, nunca lo ilusioné para que mantuviera esperanzas. Siempre deje claro que no podíamos ser más, solo amigos. Pero creo que al final si tenía fe que estuviéramos juntos.
Después de todo irme y alejarme de él había sido bueno, así no lo haré sufrir.

Muy a mi pesar tuve que despertar a las cinco de la mañana, por qué según yo lugar nuevo hábitos nuevos. Quería empezar a ser más productiva, según para hacer ejercicio. Cómo diría mi mamá sufres por que quieres. Y es que yo no era de hacer ejercicio seguido. Siempre intentaba comer sano y salir a correr, pero de ahí en fuera no era muy exigente. Pero ahora quería intentar algo nuevo. Así que me prepare para salir a correr, aunque quizás sería buena idea dar el recorrido al vecindario. Pero vamos la vida no es vida sin riegos.

Me puse mi conjunto deportivo, leggings negros, con un top del mismo color. Agregó una hoodie blanca con capucha, mis tenis deportivos igual blancos y para terminar ate mi cabello en una coleta alta. Tome mi celular, audífonos y salí de mi habitación, baje sigilosamente las escaleras. Y fui directo a la entrada de la casa.

-¿tan rápido escapas de nosotros ?- me sobresalté al escuchar su voz.

ay santa madre dios!- grite por inercia según yo era la única a esa hora, no había luces encendidas ni nada. De inmediato lo busque con la mirada hasta dar con el. Estaba justo en el pasillo que llevaba al comedor.

-¿que?- pregunto algo confundido mientras caminaba hacia mi.

-me asustaste, y cuando asustas a una latina ten por seguro que gritan.- dije intentando calmarme, vi su cara de confusión realmente no entendía por qué grité en español- perdón la costumbre supongo-

-no discúlpame tú, debí haber hecho un poco más de ruido, pero a donde vas ¿ya te vas a escapar?- me pregunto, cambiando por completo su semblante a uno de preocupación.

-¡nooo!, solo iba a ir a correr- regule mi respiración para no escucharme aun asustada y es que si lo estaba, salió de la nada. Juro que sentí como ya me mataban aquí. Lo sé dramática pero uno nunca sabe.

-oh, vaya yo pensé que escapabas de nosotros- camino lentamente hasta donde estaba para quedar a pocos centímetros de mi

-y tú ¿que haces despierto tan temprano?, pensé que era la única despierta a esta hora.- "tranquila, respira. Adentro afuera"

-pues el hombre araña no solo se mantiene de solo comer bien- dijo con sarcasmo, -voy a mi departamento a hacer ejercicio y regreso para el desayuno.

-pues suerte con eso- le dije sin importancia, tampoco es como que le voy a decir ay llévame. No hay que ser abusivos.

-y ¿hasta donde piensas correr?- me pregunto mientras señalaba la puerta para que ambos saliéramos, creo que entendí bien eso de, me quitas tiempo niña. Tengo cosas importantes que hacer . Al salir sentí como la brisa fría de la mañana recorría mi cuerpo, ya me estaba arrepintiéndome de esto. Tom cerró la puerta tras de nosotros haciendo que me arrepintiera más de esto. Podría estar en este momento en mi cama calientita no muriendo de frío.

Traveling Nanny [Tom Holland/ Charles Leclerc]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora