El Desastre de mi Vida

Capitulo: 32

Darían:

Estaba en mi cuarto aún riendo por los mensajes que le había enviado a la supuesta novia de Damián cuando tocaron a la puerta de mi casa.

Sin prestarle atención a la puerta segui viendo aquellas fotos que había publicado Sergio, se veían muy felices, sin preocupaciones
al parecer no tenían miedo de las autoridades o de los que les podria pasar
¡esto es más divertido de lo que esperaba! Mí venganza llegará Damián, te voy a hundir en la cárcel ya lo verás, te vas a arrepentir por rechazarme, pensaste que te dejaría el camino libre para que hicieras tu vida, ¡cuan equivocado has estado!
ya se perfectamente donde estas, y ese Sergio también estará en problemas por convertirse en tu cómplice, todos comerán de mi mano

Seguía imaginando como tramar mí venganza contra Damián cuando nuevamente tocaron a la puerta
Deje mi celular sobre la mesita de noche, y salí de la habitación, pase por toda la oscura sala y me acerqué a la ventana que daba hacia la calle, tenía que saber quién era, levanté un poco la cortina que cubría la fría ventana
Era... ¿Kamil?, Que haría Kamil a esta hora aquí tocando mí puerta
Eso me pareció lo más extraño
Cuidadosamente abrí la puerta, y la observé de pies a cabeza ella llevaba puesta una chaqueta y jeans, lucía su cabello atado en una coleta, sus brazos estaban cruzados sobre sus pechos me imaginé que era por el frío que emanaba a esta hora, tenía una mirada de preocupación

—¿Qué haces aquí?—Le pregunté cruzando mis brazos sobre mí pecho —¿No sé supone que estás molesta conmigo? —solte con un aire de molestía

—Déjame pasar— dijo pasando sobre mí, dejo su mochila sobre la mesa y se sentó en el sofá que tengo en medio de la sala

—¿Estás loca? —Pregunté arrojando la puerta con molestia— ¿Por qué llegas a esta hora a mí casa? Sabes que como amigas  no estamos bien, tú sabes cómo me has hablando, ni siquiera quieres ayudarme tu...

—Deja el escándalo,—grito enfadada—no estoy aquí porque quiero, estoy muy preocupada y todo esto es por tu culpa

—¿Por mi culpa? —alce una de mis cejas —Acaso estás drogada, yo no te he hecho nada a ti

—uy si, como tu nunca haces nada—solto en un tono de sarcasmo puro—esta tarde llegó un oficial a mí casa

la miré extrañada—¿Un oficial?, No entiendo.

—Si, un maldito oficial llegó, me preguntó que si yo era Kamil, y que necesitaba hacerme unas preguntas

—¿Que clases de preguntas?—
Dije sentándome a su lado

—Que si te conocía, que de dónde te conocía, y me preguntaron que qué hacia la noche en la que falleció Miguel

—¿Que dijiste?—empece a sentirme un poco nerviosa

—Dije que estuve aquí en mí casa, pero sé que aunque no me hizo más preguntas él no se creyó mí mentira, estoy hundida en esta mierda por tu maldita culpa, jamás debí ayudarte a llevar a esos muchachos a sus casas —respondio agarrando su cabello dramáticamente

—¡Cálmate!—Exclamé, —Ellos, nadie sabe nada, nadie se acuerda de nada, nadie ¿Entiendes eso?

—¿Entonces por qué me preguntaron eso? No crees que es extraño

En ese momento sentí miedo, ¿Será que saben la verdad? No lo creo, no hay pruebas, no hay nada, ¿pero y si las hay? Es mejor que huya de aquí. pensé

trague en seco y me levanté de golpe del sofá

—Tengo que irme de aquí —dije desesperada

—¿Tú crees que los oficiales sepan algo de nosotras?— pregunto Kamil