Capitulo: 18

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Sergio nos dejó en el parque y fue en busca de su carro para poderla llevar hasta el hospital.

-¿hace mucho tiempo no patinabas? Pregunte tratando de entablar una conversación con la chica

-La verdad si - contesto haciendo un gesto de dolor -Me encanta patinar, pero tuve una fractura hace meses y tuve que dejarlo de hacer hasta ahora- hace una pausa- Ahora si es verdad que no volveré a usar los patines

Trate de contestar pero Sergio nos sorprendio con el ruido de su carro y con mucha dificultad la lleve hasta el auto de Sergio.

ya nos encontrábamos en el hospital San Victorino, en donde había pasado mucho tiempo desde que entró a que la revisaran

-¿Ey tío, no crees que debamos irnos? Ya la joven la están atendiendo-Dice Sergio acercándose a mi lado
Yo estaba sentado en la sala de espera mis codos sobre mis piernas y con un frío que me arropaba de pies a cabeza

-Quiero saber qué pasará con ella, no seria justo dejarla sola ¿y después como se irá? Y si no tiene como comunicarse

-Te preocupas mucho, Parece que te hubieran hechizado

-No seas ridículo, solo estoy siendo amable

-¿seguro?, pero esta bien señor amabilidad -comenta Sergio mientras toma de su bebida-Al fin no trotamos, ni nada tío

-¿Es linda cierto?-dije sin prestarle atención al comentario que hizo Sergio

-¿La chica? -Pregunto alzando una de sus cejas

-Si la chica, es muy linda ¿La conoces?

-Nunca antes la había visto, y si, no hay duda de eso, es una linda mujer, piel blanca, cremosa, cabellos negros largos, buen cuerpo y una carita angelical, es linda, y es tu tipo tio

-Cierto, me gustaron sus ojos color marrón claro -comente

-No le preste atención, -dijo Sergio-Al parecer si te gusto mucho, estuviste pendiente de todo

-Algo así... Sergio si tú quieres irte, ve a casa, yo esperaré a la joven, como te dije no es prudente dejarla aquí sola

-Ni loco te voy a dejar aquí, señor Ezequiel Sada

-No me llames así,-solte volteando los ojos

-Te recuerdo que ese es tu nombre de ahora en adelante.

***
Después de esperar por unos largos minutos, la bella joven salió de la habitación en la que se encontraba.

Me dirigí a ella, y apenas me vió me regaló una linda sonrisa que me lleno y calentó mí destrozado corazón.

-Muchas gracias por traerme, te debo este gran favor -contesto ella cojeando un poco

-No tienes porqué agradecer-le sonreí-¿Como salió todo?

-Pues, mí tobillo está un poco inflamado, me mandaron medicamentos... Ahora sólo debo descansar mucho

-Sería lo mejor, no deberías ir a tus rutinas de ejercicios mientras no te recuperes totalmente

-Lo haré, aunque siendo sincera no creo que los vuelva a tomar

-No, yo creo que si los puedes coger mas adelante

Mire su cara, mi comentario al parecer se le hizo gracioso
-¿que pasa porque me miras asi? Pregunte curioso

-En realidad no es nada, solo que aqui la palabra coger es otra cosa

Reímos un poco

-Vale que es lo gracioso- pregunta Sergio al acercarse a nosotros

-No es nada- dijo ella y continuó hablando- yo pensé que no los encontraria aquí, creí que ya se habían marchado y tenia que agradecerle antes de que no los volviera a ver

El Desastre de mi VidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora