Capitulo: 17

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No puedo decir que la vida me ha golpeado una cantidad de veces, porque no es así, yo nací en una cuna de oro, en donde no luche por nada, no gane nada, a mí todo me lo sirvieron en bandejas de plata
Nunca estuve metido en problemas, nunca sufri por nada, excepto, lo que viví con Darían, creo que ese fue mí único sufrimiento en toda mí vida, ver cómo mí novia a la que yo amaba se entregaba a mí propio hermano, si, es cierto, eso me devastó, pero sufrir por un engaño últimamente es normal.
Lo que no es normal es esto, sufrir por lo que estoy padeciendo, esto que jamás imaginé que me pasara, estar en una situación complicada, huyendo de mi país por un supuesto asesinato.

Ver a Sergio al frente de mí, su cara pálida, sus expresiones formadas en decepción, asombro... No lo sé, no podía leerlo con facilidad

Cuando de mí boca salieron esas palabras, un aura fría invadió a mí mejor amigo que estaba sentado en uno de los grandes sofá que decoraba su amplia sala

Sergio empezó a reír,—¿Que coños es esto? Acaso es una broma, —suelta pero su risa se desvaneció cuando vio que yo estaba serio, mirándolo fijamente—No te entiendo Damián ¿De que mierda me estás hablando?

—¿Escuchaste lo que dije?—Pregunte sentándome a su lado

—No sé que escuché, ¿Una tontería tal vez? Explicate bien Damián.

Ahí en ese preciso momento le comenté todo a Sergio, como pasaron las cosas, lo del cumpleaños y la sorpresa que me dio Darían, luego el festejo, y que todo lo demás es confuso, que desperté en mí oficina junto a Miguel, las grandes manchas de sangre sobre mí camisa y manos, después apareció Darían y ella me dijo que debía huir ...

—¿Que coños es esto?, Damián no entiendo... Como no vas a recordar  todo lo que pasó en tu oficina

—Es verdad, no recuerdo absolutamente nada,—asegure— y no solo pasa conmigo, ninguno de los que estaban en la empresa a esa hora recuerdan lo que pasó

—¿Cómo harás ahora, o sea que eres un fugitivo de la justicia?—dice Sergio pasando su mano por su casa

—Se escucha tan horrible, pero si, algo así —respondi

—¿Por qué huiste? —pregunta Sergio levantadose del sofá—¿ Y si fue solo un accidente?, no debiste huir, tenías que llamar a las autoridades, dar la cara y explicar lo que pasó ¿No crees que ahora te van a tomar como el principal sospechoso por la muerte de Miguel

—Yo intenté llamar a la policía, cuando no puse que hacer

—¿Y que coños paso?

—Darían...

—¿Que tiene que ver esa tía aquí?— me interrumpe Sergio molesto

—Ella llegó, al momento en que tomé mí celular para llamar a las autoridades, pero ella me recomendó que mejor me fuera de la empresa, que huyera, y que ella iba a respaldarme, iba a ayudarme para que yo no tuviera ningún problema

—¿Te estás escuchando tío? Creo que lo peor que pudiste hacer fue huir, las autoridades van a pensar que lo mataste tu

—¿Y si fue así? Y si yo lo mate— pregunte nervioso

—¿Acaso se te va la pinza? Tu no eres capaz de matar a nadie, esa tía te hizo creerlo, te conozco Damián, tal vez le tenías rabia, pero tú no eres una persona que va a actuar de esa forma, no eres un criminal, no eres un asesino, así que quita eso de tu cabeza, tal vez parezca que lo fueras porque estabas en la misma oficina con el... Solo estaban los dos, sé que tenías sangre, pero tú no recuerdas nada, no sabes qué pasó en realidad, así que quita eso de tu cabeza, tal vez solo fue un accidente y me imagino que ya los de medicina legal están trabajando para saber la causa de la muerte de Miguel

El Desastre de mi VidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora