20.- Perdido en la traducción

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Toda esa semana, después de clases, Harry permaneció en la biblioteca, tratando en vano de aprender suficiente griego antiguo para traducir el pergamino que había ganado de la lamia. Pero las pocas cartillas sobre griego antiguo que encontró no fueron suficientes para ayudarlo. Fue como un ejercicio de frustración. Sintió ganas de golpearse la cabeza contra una pared. Finalmente cerró su libro de golpe y se levantó para caminar, luchando contra la urgencia de tirar el libro al suelo como un niño de cuatro años en una rabieta. ¡Nadie me dijo que iba a tener que ser un maldito lingüista para poder participar en este torneo! Esto es peor que uno de los ensayos de castigo de papá.

Pasó junto a una mesa donde estaba sentado Cedric, estudiando detenidamente su propio pergamino, rodeado de montones de libros.

– Oye, Cedric. ¿Tuviste suerte con la tuya? – El Hufflepuff miró hacia arriba y negó con la cabeza, sonriendo con pesar.

– En realidad no. Es más difícil traducir jeroglíficos de lo que piensas. No sabía que había variaciones y justo cuando creo que he descubierto una oración, algo no tiene sentido – Él suspiró. – Me hace desear poder ir a Egipto y desenterrar a un faraón o dos –

– Sé lo que quieres decir. Desearía poder resucitar a Homero o algo así – Harry dijo con sentimiento – Pero debe haber alguna forma de traducir los pergaminos sin arrancarnos el pelo. No sé qué es – Cedric asintió.

– Bueno, hasta ahora me las he arreglado para traducir dos líneas y todavía no tiene mucho sentido. Pero al menos no tengo que lidiar con el cuneiforme, como Fleur, o el arameo, como Krum. Eso es lo que estaban tratando de traducir anoche mientras estabas... err... –

– ¿Encerrado en la cárcel? – Ofreció Harry, dándole a Cedric una idéntica sonrisa de pesar. – Está bien, estoy seguro de que todo el mundo ha estado hablando de ello. De hecho, me sorprende que aún no haya aparecido en el periódico – Cedric empezó a reír.

– ¿Quieres decir que no lo sabes? –

– ¿Sabes qué? –

– Esa reportera del Profeta, Rita Skeeter, trató de obtener información de algunos de los estudiantes sobre lo que sucedió en Hogsmeade. Creo que Krum estaba dispuesto a culparte por todo el alboroto, pero justo cuando estaba a punto de usar esa pluma suya, Dumbledore se acercó y le dijo que cualquier declaración que desee recibir la dará él, y que no acosará a los estudiantes. Y Skeeter se pone pálido como un cadáver y comienza a balbucear que, por supuesto, le encantaría entrevistar al director... y luego Dumbledore se la lleva y cualquier suciedad que estaba planeando escribir sobre ti, Harry, nunca apareció en los periódicos. Quiero decir, la gente sabe sobre la pelea, y que tú y Krum estuvieron involucrados, pero no que... uh se los llevaron a la cárcel durante la noche. Me pregunto si él le hechizó la pluma –

– O tal vez su lengua – se rio Harry. Estaba muy contento de que esta vez el Director hubiera intervenido y detenido algunos de los incesantes chismes que siempre parecían acosarlo desde el amanecer hasta el anochecer. Y aunque no pudo evitar que los estudiantes supieran lo que había sucedido esa noche en Hogsmeade, al menos todo el mundo mágico no necesitaba saber que había pasado la noche en la cárcel como lección práctica. – Es una víbora tan pequeña –

– Mm... más como un mosquito, a mi manera de pensar – dijo Cedric. – Te chupa toda la sangre y luego pasa a la siguiente víctima –

– ¿Entonces ella tampoco te agrada? –

– ¿Como ella? ¡Oh, Merlín, creo que me gustaría más un caso de viruela de dragón! La forma en que distorsiona lo que tú dices... me alegra que no tenga demasiado en mi pasado para que ella... fabrique –

Regreso a Prince ManorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora