Solo había estado en Prince Manor tres días, pero para Nesmay se sintió más como tres meses. Sabía que el tiempo corría de manera diferente en la mansión de lo que estaba acostumbrada, pero aun así no esperaba sentir que se le escapaba tan rápido. En el Reino de las Hadas, el tiempo era algo de lo que siempre parecías tener demasiado, pero aquí no. Aquí parecía que cada hora estaba llena de algo que hacer y, por lo general, era algo que ella preferiría no estar haciendo. Parecía que Severus Snape le daba mucha importancia a los relojes, le había dado un horario para seguir su primer día en la mansión, y cada parte de su día estaba dividida en horas. Nesmay no estaba acostumbrado a una forma de vida tan reglamentada. Las hadas generalmente no prestaban tanta atención a las horas, ya que sus vidas eran tan largas que el tiempo se volvió casi irrelevante.
Su horario no era muy diferente al de los hijos de Severus, quienes se esperaba que se levantaran no más tarde de las ocho u ocho y media, desayunaran e hicieran las tareas asignadas en la tabla en la pared. Severus rotaba las tareas del hogar, por lo que nadie estaba atrapado haciendo lo mismo día tras día, excepto por mantener la habitación limpia. Eso era imprescindible, y tampoco algo que la chica hada estuviera acostumbrada a hacer ella misma. En Graystone Manor, que era una de las residencias de invierno de Titania, Nesmay tenía un pequeño grupo de sirvientes, como corresponde a una dama Seelie de alta cuna. Tenía nis que recoger después de ella, pequeñas duendes que eran similares a los brownies, aunque siempre eran mujeres. Tenía una criada ninfa de los bosques, Nutberry, y un jardinero sílfide, Redleaf, así como el tutor que su abuela insistía en tener.
Como ella era solo una mestiza bastarda y, por lo tanto, no tenía mucha importancia, a nadie le había importado realmente lo que aprendía o no aprendía, excepto Titania, que se aseguraba de que su nieta tuviera educación, pero cualquier otra cosa, como montar a caballo, o kin-sa-dor, Nesmay tuvo que aprender por su cuenta. Y estaba muy acostumbrada a establecer su propio horario. Así que la molestó cuando Severus le dijo que esperaba que ella siguiera la misma rutina día tras día. Era aburrido y se sentía sofocada, a pesar de que tenía dos horas de tiempo libre después de sus lecciones de magia, así como un tiempo de reflexión por las tardes, donde podía leer o jugar al ajedrez o Dragons Wild con los chicos.
A eso se sumaba el resentimiento que aún albergaba hacia su abuela por exiliarla a este lugar durante el verano. Ella entendió el razonamiento de Titania, pero no tenía por qué gustarle. Estaba agradecida de que al menos no tendría que volver a ver a Jarillion, ni soportar la desaprobación de su tío o el tormento y las burlas de Malchiar, pero aún sentía nostalgia. La mansión contenía elementos del reino fae, pero no era su hogar. Se sentía como si hubiera sido exiliada, ya que se sabía que los gobernantes fae castigaban a quienes los desobedecían repetidamente con el exilio al reino de los mortales durante siglos o incluso para siempre.
Sabía que Titania significaba que aprendiera a controlar su magia descarriada, el poder salvaje que había sido el legado de su padre para ella y que respondía tan fácilmente a sus emociones. Pero en el fondo de su corazón se preguntaba si esto no sería un medio para un fin, enviar al bastardo no deseado al reino de los mortales, con sus parientes mortales, y así olvidar que alguna vez existió. Después de todo, ¿qué era ella en el gran plan del Reino de Verano, sino un peón que la reina podía mover de aquí para allá? Titania era una gran jugadora de ajedrez, y todas sus acciones se consideraron cuidadosamente para determinar mejor cómo beneficiaría a su reino. Y en este momento, parecía que benefició al reino tener a Nesmay lejos de él.
Enojada y herida, la niña se encontró con un caldero lleno de emociones en conflicto. Sabía que su abuela esperaba que ella tratara a su nuevo maestro con respeto y obediencia, y en verdad encontraba a Severus más fácil de tratar que a todos sus tutores anteriores, especialmente Ironhand, que había sido el peor de todos. Ironhand había sido mezquino y cruel, un enano con rencor contra su padre y él le extendió ese rencor a ella. Se había deleitado mucho en humillarla y revelarle el vasto abismo entre ella y sus legítimos primos fae. Y también las lagunas en su conocimiento y educación. Ella lo detestaba, porque él pertenecía a la corte de una manera que ella sabía que nunca podría hacerlo, fuera hija de una princesa o no. Finalmente había logrado que lo despidieran, y desde entonces se había quedado con sus propios dispositivos.
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Regreso a Prince Manor
FanfictionUn año nuevo significa nuevos peligros y amistades para Harry, ya que se enfrenta al Torneo de los Tres Magos, el regreso de un vengativo Señor Oscuro, y debe intentar dominar los secretos de Prince Manor. ¿Pueden su familia y amigos ayudarlo a tene...