Regreso a Prince Manor

12.- Copa de las maravillas

Harry estiró el cuello para ver más allá de la cabeza de Cormac McLaggen cuando los estudiantes de Durmstrang entraron al pasillo detrás de su maestro. La mayoría vestía una pesada piel de foca o túnicas de visón que les llegaba hasta los pies, lo que hacía que Harry pensara que debían venir del Lejano Norte, donde nevaba todo el año. Se preguntó si estar en un clima cálido sería un shock para ellos. Un chico alto con una mata de cabello oscuro y una cara seria que caminaba directamente a la izquierda de Karkaroff le parecía extrañamente familiar a Harry.

De repente, Ron le dio un codazo en las costillas.

– ¡Harry! Maldita sea, mira, ¡es Krum! – Señaló al chico que marchaba justo detrás de Karkaroff.

Ahora Harry echó otro vistazo y esta vez reconoció al Buscador profesional que jugaba internacionalmente en el equipo de Quidditch de Bulgaria. No sabía que Krum asistía a Durmstrang.

Junto a él, Ron estaba prácticamente asfixiado por la emoción.

– ¿Puedes creer, es como la cosa más perversa de la historia, Krum aquí en Hogwarts? Es como el mejor Buscador de todos los tiempos, dicen que gana mucho dinero dentro y fuera de la cancha y ahora va a competir en el torneo. ¿Crees que me dará su autógrafo, Harry? –

– Supongo – Dijo Harry despreocupadamente, su atención se centró de repente en la mesa de Slytherin, donde Draco estaba mirando a Krum. ¿Eh? ¿Qué pasa con eso? Hubiera pensado que Draco estaría encantado como Ron al ver a un famoso jugador de Quidditch aquí. Pero luego rastreó hacia donde Krum estaba sonriendo y saludando y vio con asombro que el chico mayor estaba mirando directamente a Hermione. Hermione, que no sabía nada sobre Quidditch y nunca le había importado, le devolvió una sonrisa amistosa y luego se volvió para hacerle una pregunta a Lavender. UH oh. Será mejor que Krum lo mire, porque Draco no tolerará un rival por el afecto de Hermione.

Karkaroff se acercó a la mesa del personal y luego se volvió y ordenó a sus alumnos, había doce de ellos, en el lado izquierdo. Le hizo un gesto cordial a Dumbledore y le dirigió una mueca hostil a Snape, quien le devolvió el favor con creces.

La siguiente mirada de Harry vio a Smidgen flotando cerca del techo y Phil apoyado contra una ventana en la esquina, luciendo increíblemente relajado, con los brazos cruzados y una pierna larga con bota cruzada en el tobillo. Le guiñó un ojo a Harry antes de convocar sus velos para cubrirlo una vez más. Harry le devolvió el guiño y se sintió inmediatamente más a gusto sabiendo que sus tres guardianes estaban en el pasillo.

Exclamaciones susurradas volaron por la habitación cuando más personas notaron que Krum estaba parado allí, pero entonces Dumbledore se aclaró la garganta y dijo:

– ¡Bienvenidos, director Karkaroff y estudiantes de Durmstrang a Hogwarts! – Siguió una ronda de aplausos y varios fanáticos acérrimos del Quidditch comenzaron a levantar y bajar los brazos y gritar:

– ¡KRUM! ¡KRUM! – hasta que sus prefectos los silenciaron.

Entonces las puertas se abrieron una vez más para dejar entrar a Madame Maxine y sus chicas de Beauxbatons. Silbidos de agradecimiento de varios chicos y jadeos siguieron a su entrada. Los ojos de todos estaban pegados a Madame Maxine, quien se elevaba sobre todos en el pasillo excepto Hagrid. Sin embargo, era majestuosa e imponente, aunque Draco escuchó un comentario grosero de primerizo – ¡Caramba, es tan grande como Hagrid! Me pregunto si es su hermana o algo así –

– ¡Silencio, Simmons! – Siseó Draco, mirando al chico más pequeño, que tragó saliva y se calló.

Las chicas de Beauxbatons, especialmente un espécimen alto y esbelto con largo cabello rubio, eran bastante bonitas, pensó Draco. Pero aun así, ninguno de ellas podía sostener una vela por su Hermione, quien aunque podría no ser material de Witch-O-Rama, todavía hacía que su sangre cantara. Tenía ambos cerebros y una refrescante belleza natural que Draco apreciaba inmensamente. Y ella también era indefectiblemente amable y honesta, cualidades que a él también le gustaban. Ella me defenderá hasta la muerte y aún podrá decirme cuando estoy siendo un idiota insoportable. Necesito eso en una chica. Miró hacia la mesa de Gryffindor, la miró a los ojos y sonrió. Para su deleite, ella le devolvió una enorme sonrisa. Se había preocupado y celoso cuando Krum había comenzado a mirarla, pero aparentemente Hermione todavía lo prefería, incluso si no era un buscador internacional de primera.