Me desperté malhumorada y dolorida, no tenía ningún tipo de ganas de comenzar el día en la Uni, y menos sabiendo que Melanie y Cameron estarían allí.
-Despierta preciosa – me susurra una dulce voz que no me haría falta ver para reconocer. Un escalofrío me recorrió la espalda y me hizo temblar. Me escondo bajo las sabanas y me preparo para atacar, sé que él me quitara las sabanas de encima porque tiene más fuerza que yo y no lo podré evitar, me pongo en posición fetal pero con las rodillas en alto – Oh vamos nena – Me hierve la sangre al escucharlo, noto que se acerca a mi, su aliento traspasa las sabanas. Siento sus manos en el filo de las sabanas, de repente tira de ellas y mi rodilla impacta contra su mejilla, él cae al suelo retorcido de dolor – ¡Agh! Puta ¿Cómo te atreves? Encima que vengo a despertarte y a darte ganas para ir a la Uni... - Me levanto por el lado contrario de la cama y me dirijo al balcón, el mío y el de Ethan conectan, está cerrado, por tanto, pico con fuerza, lo oigo cantar y caigo en la cuenta de que se está duchando.
-Mierda...- Me desespero y asomo la cabeza hacia mi habitación, Cameron está intentando levantarse del suelo, de momento, todos sus intentos son fallidos. Me alegro y me apuro a abrir a la fuerza la puerta de Ethan. Consigo abrirla lo suficiente como para meterme dentro. Siento a Cameron deslizándose por el suelo de mi habitación y llegando a la puerta balconera. Cierro las dos puertas con seguro (la balconera y la principal) y suelto un largo suspiro de alivio, aunque sigo nerviosa y asustada. Pongo una mueca al saber quién me ha visto en pijama. Es un pijama muy "fresquito" por así decirlo, éste consiste en una camiseta crema con una fresita sonriente muy ajustada, corta y de tirantes finos, y cuando llevaba ese pijama, la parte de abajo eran unas braguitas, las de hoy, eran moradas - ¿Ethan estas en la ducha?
-Anda enana, me estoy vistiendo ahora salgo – podía percibir su felicidad.
Al minuto, se abre la puerta dejando ver a un Ethan despeinado y sin camiseta, la verdad es que aún no me acostumbro a ver a mi primo sin camiseta, y Alex, dice que evite ese tipo de contacto visual porque, según ella, tengo la mente muy sucia, y puede que tenga razón, pero con mi primo, lo máximo que puedo hacer es quedarme embobada con sus abdominales, a él le gusta que lo miren, pero solo con las que tiene confianza, por eso me gusta, eso lo convierte en un chico especial y diferente, no el típico mujeriego que fuerza a cualquier chica cómo Cameron. No vayan más allá del asunto, soy virgen, y aunque ha intentado hacerme perder lo más importante de una mujer, no lo logró, o, mejor dicho, no lo dejé. Bueno, creo que ya me he desviado bastante del tema. Estoy aquí, en la habitación de Ethan para explicarle quien ha invadido mi cuarto y para que me protegiera de él. De repente, una mano se aparece delante de mi cara y chasquea los dedos llamando mi atención y haciendo que deje mis pensamientos a un lado.
-¿Qué ocurre pequeña, en qué piensas?
-Cam... Came... Camer... – Intenté responder sin éxito alguno.
-¿Cameron? ¿Qué pasa con ese cerdo? – Preguntó ahora furioso.
-É... él...
-¿Él qué Dana? Me estás asustando – No conseguía responderle. Si él se estaba asustando, no se podía imaginar el terror que tenía yo metido en el cuerpo. Hubo algo que nos llamó la atención a ambos, yo me abracé a Ethan –que por cierto aún estaba sin camiseta- y escondí mi cabeza en su pecho, su calor corporal me tranquilizaba, y aún así, no conseguía calmarme del todo. Cuándo estuve a punto de hacerlo, unos golpes en la puerta balconera de Ethan me hicieron sobresaltar, mi primo se quedó inmóvil después de ver aquella imagen: Cameron medio arrastrándose llamando a su puerta, con un rostro enfadado pero con una sonrisa arrogante y con la ropa arrugada – Dana, al baño ya – Ordenó, pero de mí no obtuvo ni repuesta ni obediencia.
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Tú y tu mundo #Wattys2017
RomanceDana es una chica normal y corriente, pero bastante tímida. Por desgracia, no todo le ha ido bien, su pasado ha sido una auténtica pesadilla, su ex la acosa, pero sus amigos siempre van a estar ahí, tanto los viejos como los nuevos. Tras un...