Capítulo 12

5K 643 86
                                    

Cerró sus ojos unos segundos sintiendo sus manos temblar, no quería salir de su cuarto y encontrarse con el trio de alfas, de seguro iban a preguntar porqué tenía ojeras o porqué no estaba gritándoles que "hicieran algo productivo por sus vidas" como hacía comúnmente.  No tenía ánimos de enfrentarlos.
Mejor dicho, no tenía valor para enfrentar a cierto ojirubi.

—Ugh...duele... — Hizo un pequeño e inconsciente puchero viendo la marca de la enorme mano en su muñeca, el que su piel fuese más clara solo resaltaba la mancha violácea, de verdad se veía bastante feo.
—No creo que esté rota... Puedes moverla...solo un poco...Vamos Shiemi tu puedes...— Habló consigo mismo mientras giraba lentamente su mano, dejando escapar suaves quejidos de dolor por las pequeñas punzadas que le provocaron ese simple movimiento.
—Debe ser una torcedura... — murmuró rendido, de verdad iba a golpear a ese idiota cuando tuviera la oportunidad, no era para nada agradable tener una muñeca casi inútil gracias a un Alfa rencoroso.

Pasó los siguientes veinte minutos metido bajo las sábanas, la finca comenzaba a llenarse de ruido lentamente a medida que sus habitantes despertaban y comenzaban con sus actividades diarias quizás eran pasado las diez de la mañana, pues tenía dolor de estómago a causa del hambre pero al mismo tiempo sentía que vomitaría cualquier cosa que pasara por su garganta.

—Quizás si... Ugh...no no... — se acobardó ante la idea de aventurarse a la cocina para robar comida y simplemente se incorporó en su cama abrazando sus piernas, sus ojos ardían por la falta de sueño y por haber llorado mucho tiempo.

—Soy verdaderamente patético... — murmuró para si mismo apretando más sus piernas contra su pecho, Inosuke se burlaría de él si lo viera, Zenitsu haría un escándalo diciendo que por fin veían su lado débil.

Y Tanjirō... mierda.

La marca.

Tanjirō sentía todo a través de la marca

Se alarmó notablemente, su mente quedó en blanco y su cuerpo se estremeció.
Si bien su marca no estaba "bien" hecha, el lazo que ambos compartían como destinados reforzaba esa unión temporal.
Estaba frito, definitivamente no iba a poder ocultar eso de su mayor, de seguro ya sabía que algo había ocurrido y solo era cuestión de tiempo para  que lo interrogara. Ahora si estaba asustado, ¿Cómo iba a decirle que había peleado con un alfa y que prácticamente casi abusan de él? ¿Cómo iba a explicarle el motivo por el cual llegó a esa situación?

—Ugh... La vida es injusta... — murmuró antes de levantarse, si no quería que todos supieran lo que ocurrió la noche anterior, debía hacer su vida normal, no podía acobardarse por siempre.

Solo debía ignorar lo ocurrido procurando no forzar su muñeca más de lo necesario y estaría bien.

...

—¡Wah! ¡¿Y eso por qué?! — Zenitsu chillaba agachado en el suelo luego de haber recibido un golpe en su cabeza de parte del omega agridulce, quien había hecho acto de presencia hace media hora y se había llevado un regaño de parte de Aoi por robar cosas de la cocina sin permiso.

—Por andar de chismoso — acusó molesto. —¿Creíste que no iba a enterarme? — Dramatizó acercándose más. — le dijiste a Aoi-chan que robé dulces de la cocina, eso no es justo, ¡También comiste! ¡Eres un traidor! ¡Maldita araña traidora!

—¿¡Y araña por qué!? — Volvió a chillar completamente ofendido.

—¡Porque yo lo digo!  — le sacó la lengua cruzándose de brazos.

—Pues tú... Tú... ¡Eres un mosquito! — Lo apuntó de vuelta mientras sonreía victorioso.

—¿¡Ha!? — Lo miró sorprendido y ofendido antes de sonreír de forma bastante macabra.
—¿Y se puede saber por qué?

Enamórate de mi [Kamado Tanjirō]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora