Capítulo 21

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—Ya deja de mirarme así. — Reclamó incómodo ante la perturbadora mirada que le estaba brindando el omega.
—Cuando Tanjirō llegue van a solucionar todos sus problemas y me lo agradecerás.

Maldito hijo de-...

Ya verás, ya verás...

Algo bueno puedo sacar de ser un omega.

Se retorció nuevamente comenzando a quejarse, esta vez de forma más lastimera al mismo tiempo que sus ojos se llenaban de lágrimas.

—A-Ah... ¿Están muy apretados los amarres? — El rubio se preocupó enseguida al oírlo y se acercó a él para quitar el pañuelo que tenía en la boca.

Eso es~ 

—D-Duele... — El omega asintió hipando suavemente esperando con una paciencia impresionante que Zenitsu soltara solo un poco las cuerdas.

El pobre rubio no tenía idea de lo que le esperaba, aunque su cerebro le decía que estaba haciendo algo realmente peligroso no quería exponerse a la furia de Tanjirō cuando supiera que no solo amarraron a su pareja, sino que también lo hicieron con más fuerza de la necesaria y lo lastimaron más de lo que ya estaba.

—Te soltaré, pero promete que no me golpearás.

Sueña Zenitsu. Sueña. 

Volvió a mover su cabeza a modo de afirmación mientras las pequeñas lágrimas seguían corriendo por sus mejillas. el rubio ni alcanzó a tocar la cuerda cuando la puerta fue bruscamente abierta por un agitado ojirubi. Estaba algo pálido y se notaba el estado de pánico en el que se encontraba, el cual se transformó rápidamente en confusión y posteriormente en enojo.

—¿Qué mierda se supone que hacen? 

Ya valimos.

Shiemi se encogió ligeramente ante el tono molesto de su pareja y un pequeño quejido involuntario escapó de sus labios, más patético no podía sentirse.

—Verás, estábamos....estábamos... Eh... — Zenitsu titubeo nervioso alejándose por lo menos cinco pasos del omega y levantando sus manos en señal de inocencia. —¿Pasando tiempo de calidad... Con Shiemi?....  — ladeo su cabeza confundido antes de negar varias veces. Eso se había escuchado horriblemente mal y que el omega estuviese atado en la cama solo lograba empeorar la situación.
—¡AH! ¡NO DE ESA FORMA! 

—¡YA ENTRA! — Inosuke llegó al rescate de su pobre amigo rubio dándole un empujón a Tanjirō para que ingresara al cuarto y de paso tomando la mano del rubio para sacarlo de un tirón de la habitación, cerrando la puerta con más fuerza de la necesaria.

—Shinobu-san vendrá a regañarnos por como tratamos las pobres puertas. — Le recorrió un escalofrío ante ese pensamiento.
—Creo que es mejor ir buscando nuestros escondites ¿Qué di-...? ¿Inosuke?

—¡PIDO EL ARMARIO DONDE SE GUARDAN LAS SÁBANAS! — Gritó ya a varios metros mientras corría.

—¡JABALÍ DE MIERDA TRAMPOSO!

...

El alfa se quedó mirando al ojiverde unos cuantos segundos antes de acercarse con lentitud para desatarlo,  el pelinegro se puso notablemente nervioso por la cercanía de su pareja, no solo porque se notaba a millas el enojo del ojirubi, sino también porque no sabía como explicar la situación que Tanjirō acababa de presenciar.

—Está claro que la idea no fue tuya. — La voz de Kamado era suave, a pesar de estar molesto no iba a gritarle ni a reclamarle pues era consciente de que los oídos de su pareja estaban sensibles y de seguro le dolían.

Enamórate de mi [Kamado Tanjirō]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora