VII

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ARISTÓTELES

Es la primera vez que veía a Temo nervioso y era bastante divertido, como le dije a Mateo a pesar de vivir bajo la misma casa durante poco más de dos años yo realmente no lo conozco, claro que eso también de debe a mi decisión de alejarme de él desde que llegamos, esa distancia también me ayudó a olvidar todo lo vivido cuando nos conocimos y en mi mente solo vive lo escencial como que gracias a el mi destino no se resumió en estar encerrado en una casa atendiendo a un beta que me lleva como 10 años, cuidando a mi hijo y posiblemente esperando otro cachorro, gracias a Temo mi futuro puede ser diferente y mejor, aquí no solo cuido a mi bebé, también puedo estudiar, además que no sirvo a nadie por obligación, absolutamente todo puedo decidirlo yo y eso me gusta.

El resto de cosas como promesas de el y su alfa o momentos compartidos los saque de mi mente ya que nada de eso es importante y liberar mi cabeza de esas cosas me ayudó a centrar toda mi atención en estudiar y en mi pequeño y lindo cachorrito que son lo único importante para mí en este momento, si hace años alguien me hubiera dicho que mi vida y pensamientos cambiarían de esta forma estoy seguro que jamás lo habría creído aún con lo iluso que era, para ser sincero es algo que a pesar de vivirlo todos los días aún no me creo.

Con unos hermosos ojos verdes la realidad llegó a explotar mi burbuja de ilusiones, mi mundo entero colapso cuando un delicado cuerpecito estuvo en mis brazos por primera vez, la crueldad de un matrimonio arreglado lleno de pánico cada parte de mi ser y el rechazo de esa persona que tanto había esperado fue lo que terminó de romperme, teniendo la ilusa mentalidad de un niño, viviendo en una fantasía y siendo tan maltratado por la realidad lo único que faltó en ese momento es que mi pequeño fuera un omega, recuerdo desde el primer momento el doctor temió por su vida, su tamaño solo podía ser comparado con el de un omega y de resultar así sus posibilidades de sobrevivir serían aún menores y su único destino habría sido la muerte en cualquier momento dentro de sus primeros tres meses de vida aunque con lo mal que lo cuidaba no habría sobrevivido ni la primer semana y siendo lo único que tenía estoy seguro que me habría dejado morir con el, al menos algo que también entendí es que la vida es cruel pero no tanto y yo no tenía tan mala suerte como para sufrir más.

Fuimos hasta el comedor donde Temo daba vueltas de un lado a otro acomodando todo, deje a mi bebé en su silla alta, con diversión lo mirábamos dar vueltas por todas partes buscando el vaso de Xabiani que sobra decir ya tenía en la mano, cuando finalmente se dió cuenta se sentó frente a mi y sirvió un trozo de pizza a cada uno, empezamos a comer, como siempre mi atención estaba más en mi hijo y cuidar que no manchara mucho su ropa que en la comida sobre mi plato.

Cuauhtémoc: Fría no sabe igual
Aristóteles: La temperatura y el sabor no es algo muy importante para mí
Cuauhtémoc: Es normal que se ensucie, mis sobrinos siempre terminaban con comida hasta en el cabello
Aristóteles: No es fácil quitar las manchas de la ropa
Cuauhtémoc: Mi hermana sabe de eso, le puedo preguntar y te digo, así ya no te preocupas por eso
Aristóteles: Puedo hacerlo yo
Cuauhtémoc: O puedes hacerlo tú... ¿Cómo te va en la escuela?
Aristóteles: Mejor de lo que pensé
Cuauhtémoc: ¿Que carrera estudias?
Aristóteles: No es algo que deba decirte
Cuauhtémoc: Solo tenía curiosidad... ¿En qué te gustaría trabajar?
Aristóteles: Lo haré pronto así podré ahorrar y nos iremos de aquí
Cuauhtémoc: No te enojes, no lo decía en ese sentido y en todo caso quien debe irse soy yo, tengo trabajo desde hace varios años y sigo viviendo aquí
Aristóteles: Pero es tu familia, no la mía, si quieres puedes quedarte aquí para siempre y no les molestará, yo no
Cuauhtémoc: A mí papancho le encanta tenerlos aqui, también las calcomanías están felices de que vivan con nosotros y a mi no me molesta en absoluto si deciden quedarse por muchos más años
Aristóteles: (susurra) No es lo que parece
Cuauhtémoc: Se que ya lo pregunte antes pero, ¿Por qué dejaste de hablarme?, ¿Te hice algo o dije algo que te molestó?
Aristóteles: Creí ser claro cuando dije que no lo recuerdo
Cuauhtémoc: Si lo haces y lo sabes
Aristóteles: No, no lo recuerdo, solo me acostumbré a eso
Cuauhtémoc: Bueno, si no quieres decirlo yo entiendo, ¿Puedo pedirte una cosa?
Aristóteles: Depende lo que digas será mi respuesta
Cuauhtémoc: ¿Puedo acercarme a ustedes?, O al menos a el, después de todo soy su pa...
Aristóteles: (lo interrumpe) No lo eres y lo sabes, además es bueno que lo menciones, estuve investigando y hay formas de cambiar legalmente su nombre, puedo quitarle tu apellido
Cuauhtémoc: No, a mi no me molesta
Aristóteles: Si por algún motivo tú pareja se entera de eso puede ser un problema para ti
Cuauhtémoc: ¿Y si esa persona lo sabe y lo acepta?
Aristóteles: Resolveré lo del nombre de mi hijo pronto, ya se lo conté a mi mamá y me ayudará, a este punto me llenare de deudas que tardaré toda mi vida en pagar pero prometo resolverlo
Cuauhtémoc: Realmente no es necesario
Aristóteles: Lo es, gracias por la comida, ven bebé (carga a Xabiani y se va)
Cuauhtémoc: No comiste nada...

Quiero ser tu compañía (omegaverse)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora