XXIV

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NATALIA

Definitivamente el corazoncito de Ari estaba casi hecho polvo, estaba gravemente herido cuando nos conocimos y todavía no entiendo cómo es posible que lo lastimaran tanto, es un chico muy noble y muy bueno, poco a poco me ha contado su historia, la historia de un chico que creció cuál princesa de cuento entre las paredes de su casa y con una puerta permanentemente cerrada, un chico del cual su destino era salir de una prisión para entrar a otra, alguien que criaron para servir y obedecer como en la antigüedad lo hacían, alguien que pasó años creyendo que su único propósito de vida era casarse, tener hijos y obedecer a su pareja, me llena de rabia que le hiciera eso su propia familia; vagamente también me contó el padre de su bebito los abandonó y el alfa que se dijo su destinado solo rompió más su ya muy herido corazón.

La verdad no ha sido nada fácil pero he puesto mi mayor esfuerzo en demostrarle que lo quiero y que yo no lo lastimare, hemos tenido algunas citas con ayuda de Mateo que se declaró niñero del bebito de Ari, al menos tres veces por semana voy por el a la escuela y lo llevo a su casa, también hemos tenido tardes de estudio dónde el y Mateo se ayudan con las tareas y yo hago lo que me piden en mi carrera, a diferencia de ellos que van a una escuela yo estudio en línea lo cual se resume en muchas tareas, lecturas y videos que se vuelven menos aburridos cuando estamos los cuatro, si, cuatro porque el pequeñito de Ari también se une a nosotros con unos libros para colorear y crayolas, es realmente adorable verlo ya que tiene solo dos años y sus manitas apenas se adaptan al movimiento que requiere el colorear haciendo que se canse rápido y termine acostado en las piernas de Ari con un peluche o jugando con lo primero que aparezca en su panorama.

También hace poco fue cumpleaños de Ari y con Mateo organice una pequeña fiesta-pijamada en casa ya que si no lo había mencionado el y yo vivimos juntos, el propósito de la fiesta era que por un día pudiera olvidar todo lo que atormenta a esa rizada cabecita y orgullosamente puedo decir que lo conseguimos porque estuvo realmente feliz en todo momento, sinceramente no sé cuánto tiempo ha pasado desde nuestro primer encuentro pero sin duda he avanzado mucho con el y eso lo comprobé ese día al fácilmente acceder a quedarse en el mismo departamento con dos alfas y estuvo bastante tranquilo desde que llegó.

Hoy decidí visitarlo, en el camino compré algunos dulces y una rosa, yo soy de la idea de no regalar flores a alguien cuando puedes dar otros detalles y es mejor si los haces tú, pero en esta ocasión la creí necesaria porque llegar solo con dulces sería algo muy simple, además la educación que recibió y lo soñador que es me hizo saber que definitivamente esa flor lo emocionaría, cuando llegue a su casa un hombre bastante curioso me recibió, su forma de hablar era algo graciosa, me dejó esperando en la sala y luego bajo las escaleras el omega más lindo que he visto.

Aristóteles: Hola, no dijiste que vendrías
Natalia: Quería fuera sorpresa, esto es para ti (le da los dulces y la rosa)
Aristóteles: Que bonita, gracias
Natalia: (acaricia su mejilla) ¿Te gustaría salir a algún lugar?
Aristóteles: No, hace frío
Natalia: Puedes abrigarte más
Aristóteles: No, alfa
Natalia: Dime omega
Aristóteles: (se sonroja) ¿Me das tu sudadera?
Natalia: Si, claro (se quita la sudadera y se la da) ¿Con eso no ten... (se va Ari corriendo) aquí te espero

Definitivamente los omegas a veces son muy impredecibles, me quedé en la sala esperándolo, un rato después bajó por mi chamarra, la verdad es que si hacía frío pero ahora debía sobrevivir sin alguna prenda abrigadora porque ese lindo omega las secuestro, no es la primera vez que me pide el suéter que traiga y se los queda pero está vez si tengo frío y pareció no importarle.

Aristóteles: (sonrojado) A-alfa
Natalia: Dime omega
Aristóteles: ¿P-puedes v-venir?
Natalia: Claro (lo sigue) ¿Y tu bebé?
Aristóteles: Está jugando en el jardín con los mellizos
Natalia: ¿A dónde vamos?
Aristóteles: A un lugar
Natalia: ¿Necesitas ayuda en algo?
Aristóteles: No, solo ven (toma su mano)

Ese simple toque detuvo mi corazón por un momento, sin decir más lo seguí, llegamos a una puerta y la abrió, lo primero que pude notar fue un mueble color café con varios juguetes y las paredes blancas, el entro primero y yo lo seguí, ahí su aroma era más intenso y estaba combinado con el sutil aroma de su bebito lo que me confirmó estábamos en su habitación, era algo grande, estaba la base de la cama, a lado de ella una cuna y entre estás un buró con una lámpara y un par de carritos, a lado izquierdo del mueble que ví al entrar había una puerta cerrada, tras la puerta de entrada estaba un closet y al otro lado del mueble en la esquina de la habitación estaba una cama muy desordenada y sobre está las sudaderas que Ari me ha secuestrado.

Quiero ser tu compañía (omegaverse)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora