Capitulo 5. Amenazas

46 30 0
                                    



Scarllett

Veía como oriol, se paseaba por mi pequeño cuarto. Su gran altura dejaba mi cuarto tan pequeño. ¿Cuánto media? Tal vez, un metro noventa. Borre esos pensamientos y me concentre en un joven preocupado.

─¿Qué hare?─Susurraba oriol pensante.

─Tranquilo─ Digo intentando animarlo.

Entonces escuchamos su panza gruñir de hambre. Ambos arqueamos las cejas.

─¿Qué fue ese ruido que provino de mi estomago?─ Dice pensante.

─Tienes hambre. Te traeré un sándwiches─ Espeto con tranquilidad─ Por favor no hagas ningún ruido o podrían oírte.

El afirma con la cabeza. Rio mientras lo dejo solo por algunos minutos. Corrí hacia la cocina, por fortuna mis padres estaban en la panadería. Tenía algunos minutos para preparar un sándwiches de queso y un refresco. Regreso tan pronto como pude.

Veo a oriol, mirando las fotos en mi mural de recuerdos. Algunos eran de mis vacaciones en la playa y otras en la nieve. Deposito la comida en la mesita de luz. El acepta y con dudas, prueba el primer bocado.

─Es delicioso, jamás tuve la necesidad de comer─ Dice oriol extrañado y viendo el sándwiches con admiración─ Es dos mil años, jamás había probado comida humano.

─Me alegro...─Sonrió─ ¿Qué harás? No puedo mantenerte todo el tiempo en mi habitación. Mis padres se enfadarían.

─ ¿Por qué lo dices?

─Un hombre no puede entrar en mi habitación sino estamos casados, son reglas de mis padres─ Explique para que entendiera mi punto de vista─ Mis padres son anticuados y no quisiera el regaño del año.

─No me parecen anticuados, al contrario cuidan de ti.

Doy un largo suspiro.

─Lamento decirte que no puedes quedarte en mi cuarto─ Espeto apenada, pero era la verdad.

─Tienes toda la razón. Ahora mismo me marcharé─ Dice seriamente, comiendo el ultimo bocado del sándwiches─ Gracias por la comida.

─ ¿Dónde te quedarás?─ Cuestiono en dudas.

─No lo sé─ Dice mientras abre mi ventana.

─ ¡Espera, oriol!

El se detiene y podía visualizar sus ojos almendrados puestos en mí. Sentí una chispa en mi corazón. Al instante mis mejillas estaban ruborizadas por la vergüenza que tenía.

─¿Si?

─Tenemos un depósito, nadie lo utiliza. Allí hay un pequeño cuarto con baño. No es la gran cosa, pero es preferible allí que dormir en la calle─ Digo con timidez.

─Gracias. Lo acepto─ Dice oriol seriamente─ Dime ¿Dónde es?

Salimos de mi cuarto. Y camínanos hasta el fondo de mi casa. Luego abro una puerta del suelo, allí había unos escaleras que daban al depositó. Prendí la luz y caminos un poco más, hasta llegar a una puerta con candados. Por fortuna tenía las llaves. Prendí la luz. Allí había una cama matrimonial y al costado había una puerta blanca.

─Mis padres mandaron a construir este lugar, por los huracanes y tornados. Esta zona sufre estas catástrofes─ Explico─ Te traeré sabanas limpias.

─Gracias por tu amabilidad. Sé que te estoy pidiendo mucho, pero necesito encontrar a una mujer.

Arqueo las cejas sin entender mucho.

ORIOL El Angel Caído (Terminado)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora