Capitulo 1. Aparición

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Oriol

El tiempo transcurría velozmente. Siempre, estaba al pendiente de Scarllett. Cuidando de peligros, que la rodeaban siendo una bebé. La veía crecer, desde que aprendió a ir al baño, o su primer día en la guardería. También primer día de escuela. Primera caía del diente de leche. Estaba orgulloso, por los avances de mi humana. Era una niña, divertida, obediente y estudiosa. Siempre la admiraba desde lejos. Observando sus éxitos.

El tiempo siguió pasando. Ella estaba creciendo ya no era una niña. Ahora era una mujercita. Muy hermosa, parecía un ángel. Quede perplejo, cuando compro su primer sostén. Su madre la ayudaba a escoger. Estaba abatido y confundido. Porque estaba prohibido, amar a un humano.

Un día común. Scarllett, grito asustada, desde el baño. Por supuesto, siempre le daba privacidad. Pero esa vez. Debía estar seguro que estuviera bien. Suspire al descubrir que tuvo su periodo.

Scarllett, era una joven sumamente hermosa. De atributos perfectos. Su madre, agnes, era hermosa pero Scarllett  le ganaba en belleza. Parecía no ser de este mundo.

Por primera vez mi corazón palpito al ver a Scarllett, con un vestido rojo ajustado y apenas cubría sus muslos. Sentí rabia. ¿Por qué sus padres, dejaban que su hija, saliera de esa manera, tan revelador? Apreté mis puños de la ira y frustración. Aunque, al instante. Olvide esos absurdos, pensamientos. Jamás me había sucedido  salirme de mi misión. Mi objetivo, era cuidarla hasta su muerte. No, pensar en su forma de vestir o su perfecta belleza, que abrumaba mi ser. Pero cada día mis pensamientos eran profundos hacia ella. No quería decirlo en voz, alta no quería reconocerlo. Lo que estaba sintiendo, por un lado se sentía tan bien. Pero por otro, tenía la obligación de cumplir mi misión.

─ ¡Scarllett!─ Escucho que su padre la llama, desde el living─ ¡¿A dónde vas, vestida así?!

─Tengo una cita.─ Responde Scarllett frunciendo el ceño─ Por favor, me salió caro, este vestido. No me hagas quitármelo.

─ ¡No iras así!

─ ¡Mamá! ─ Dice Scarllett, llamando a su madre. Ella llega suspirando. ─ Por favor, dile a papá que me deje usar el vestido. Solo por hoy.

─Silas, cariño. Solo será por hoy. Te prometemos, que nunca mas usará una prenda así─ espeta agnes.

Suspire decepcionado.

─Bien─ Contesta silas, cortante─ Esta es la primera y última vez que uses esas telas cortas.

─Gracias papi.

Scarllett, espera en la entrada de su casa. A su supuesta cita. Estaba furioso no podía evitarlo. Allí se estaciona un auto negro. Era Eliot, su cita. Era alto, bien parecido y el la miraba como si quisiera comerla. Apreté, mis puños, del enojo. Me siento atrás. Mientras que ambos, se sentaban adelante. Hablaban. Y entonces, vi las tinieblas alrededor  de Eliot. Esto no era nada bueno.

─Eliot.... ¿Adonde me llevas? Dijimos que iríamos al restaurant italiano.─ dice Scarllett con  voz temblorosa.

─Primero iremos a otro lugar.

─Eliot. Por favor, regrésame a mi casa. Esto no me está gustando. Estamos saliendo de la cuidad.

Desenvainé mi espada dorada. Las tinieblas rodeaba con más fuerzas a Eliot. Su maldad era pura. De seguro, pretendía hacer daño a Scarllett. Llegamos a una extraña casa. Arrastra a mi Scarllett, fuera del auto. Los sigo, esperando lo peor. No podía quedarme con las manos vacías. Eliot, la arrastra  mientras ella gritaba desesperadamente. Y la lanza, en una habitación oscura. Allí, aparecen cinco jóvenes, corpulentos. Estaban pasados de copas y drogados. Eliot  la ata de manos y pies.

─Vendré en dos horas. No le hagan mucho daño─ decía el canalla de Eliot. Cierra la puerta y la deja.

─Por favor...No me lastimen─ Rogaba Scarllett, entre lágrimas y temblaba como una hoja.─ Por favor.

─ ¿Quién será el primera en probarla? ─ dice el primer chico de cabellos negros y tenía un piercing, en sus fosas nasales.

─ ¡Yo!─ Grito uno de cabellos castaños, tenia tatuajes en ambos brazos. Y sostenía una botella de vodka. Mi instinto, fue pararme enfrente de Scarllett. Deseaba que me vieran, y se largaran de la vida, de mi Scarllett. Jamás permitiría que unas sabandijas, la tocaran. Y el milagro sucedió.

Los cinco jóvenes, se asustaron al verme. Observe mi espalda  no tenía mis alas. Pero mantenía mi armadura y espada.

─ ¡¿De dónde carajos saliste?! ¡¿Cómo te apareciste?!─ decía el chico de los tatuajes.

─ ¿Sera un fantasma?─ decía otro. Y se acerco a mí, a tocarme. Pero descubrió que podía tocarme.─ ¡No lo es!

─ ¡¿Quién eres?!─ Pregunta el chico del piercing en la nariz─ ¡¿Porque vistes de esa manera tan ridícula?!

─Soy Oriol, el guardián de Scarllett Anderson─ Contesto seriamente─ Y les pido que se vayan o tendré que luchar con cada uno de ustedes.

Todos rieron, ante mis palabras. Pero no me importaba. Debía proteger, a Scarllett, esa era mi misión. Ninguno retrocedió. Entonces, el chico del piercing en la nariz, me ataca con una navaja. Por supuesto lo esquivo con facilidad. Era mucho más alto que todos estos, mocosos. Le doy un golpe seco en la nuca y se desmaya. Todos estaban aterrados, ante mi acción y huyeron como unos cobardes.

Scarllett, me observa sorprendida. Sus ojos azules estaban cristalizados por tanto llorar. Ella me observaba analizándome.

─ ¿Estás bien?─Pregunto desatándola.

─Gracias....Oriol.─ Dice sonriendo. Por primera vez, la escuche decirme mi nombre. Se sintió tan bien.

De repente, desaparezco. Vuelvo a ser invisible ante sus ojos. Ella me busca, en todos lados. Pero no tiene éxito. Si  supiera, que nunca me moví de su lado. Sentí tristeza, pero era lo mejor.

Al día siguiente, Scarllett, junto a sus padres, denunciaron a Eliot Mont por intento de secuestro y violación. Pero lamentablemente, no le tomaron, la denuncia, por falta de pruebas. Podía ver, el rostro de Scarllett estaba aterrada. Por momentos desee abrazarla y decirle todo estaría bien. Obviamente, nunca volvería a pasar a menos que estuviera en peligro.

Me conformaba poder oír su voz diciendo mi nombre. Fue el mejor regalo que nunca jamás recibí. Por primera vez alguien pronunció mi nombre luego de dos mil años sin nombrarme.

 Por primera vez alguien pronunció mi nombre luego de dos mil años sin nombrarme

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ORIOL El Angel Caído (Terminado)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora