Descubrimiento

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Violate había viajado varios días con el bebé en sus brazos y el joven omega de cabello negro, que no hablaba demasiado, apenas se atrevia a moverse, pero confiaba en ella o eso creia, quien le veia de reojo de vez en cuando, especialmente cuando arrullaba a su bebé, al que no pudo alimentar.

-Visitaremos a un viejo amigo mío, estoy segura de que él querrá ayudarnos con nuestros problemas.

Unos grandes y gordos, porque sabía que Bennu no los dejaría ir así como así, no le dejará tomar el sacrificio prometido a la criatura del pozo, ni al omega secuestrado de los brazos de su alfa asesinado, lo sabía, porque él generalmente no dejaba cabos sueltos.

Y si no la había asesinado no era porque le tuviera piedad o deseara que sufriera, sino porque si la mataba, sin antes disolver su lazo con su hermano menor, si no podía separarlos, Aiacos podría perder la razón o morir en ese proceso.

-Su nombre es Dohko, es un alfa, pero es de fiar.

Le informo, deteniéndose cerca del barrio chino donde sabía él habitaba en una de esas hermosas construcciones que tenían tan mala reputación, escuchando los pasos de Alone, que veía ese lugar en silencio, al mismo tiempo que alguien se acercaba a ella, pronunciando algunas cuantas palabras.

-Si, necesito deshacerme de esta chatarra, sería un gran favor si pudieras desmantelarla.

Inmediatamente varios otros empezaron con el trabajo, al mismo tiempo que ella caminaba hasta donde sabía que se encontraba Dohko, al que podía ver fumando en la entrada de uno de los templos, su rostro cubierto por uno de esos sombreros puntiagudos, vestido casi como un pordiosero.

-Te dije que ese omega era una mala señal Violate, que solo era problemas, nada más.

Ella frunció el ceño, molesta por esas palabras, porque Aiacos no era una mala señal, quien era una mala señal era su hermano, Kagaho, quien no pudo perdonarla por amar a su hermano, por darle su mordida y quien quiso separarlos desde el primer instante.

-Es más bajito de lo que imaginaba.

Ella observo al joven omega a su lado, quien retrocedio un paso, sus ojos eran extraños, porque en ese momento eran azules, como el hielo, no del color que los imagino al principio, aunque su cabello negro era el mismo, se dijo.

-Este no es mi omega, se llama Alone, Kagaho lo secuestró de su hogar, asesinó a su alfa y le forzó a entregarle su celo, seguramente quiere un bebé, otro más, para que no deba entregar a mi omega, que no es una mala señal, ni solo problemas, sino aquel a quien más amo en este mundo.

Dohko volvió a fumar, tosiendo un poco para después levantarse, señalándoles que debían entrar a su hogar, donde podrían acicalarse, comer y cambiarse de ropa, además podrían atender a ese bulto llorón en los brazos de Violate.

-¿Cómo se llama el mocoso?

Quiso saberlo, pensando que era la viva imagen de Violate, un niño bastante lindo a decir verdad, quien estaba llorando porque estaba hambriento, cansado y necesitaba un cambio de ropa urgente.

-No pudimos nombrarlo, pero Aiacos quería ponerle Sukyo, como su omega.

Alone asintió al escuchar ese nombre, llamando la atención de ambos  alfas, que le veían atentos, logrando que desviara la mirada, molesto por esas expresiones.

-Kagaho le puso Sukyo, así le ha llamado todo el tiempo.

Se explicó, nervioso al tener que ingresar en esa casa, extraña, acompañado de dos alfas, recordando que la última vez que lo hizo, ya no pudo salir, mataron a su alfa y su pesadilla inicio.

Lágrimas de LunaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora