Dolor.

144 19 11
                                    

-Primero intentaste matarme...

Valentine caminaba alrededor de Radamanthys como si fuera un león, de vez en cuando tocando su cabello con las puntas de sus dedos, mientras que el omega no dejaba de ver la sangre del apuesto licántropo que intentó salvarlo.

-Después, llegó esperando que tu ataque de histeria hubiera terminado, para encontrarte en nuestra cama matrimonial fornicando con ese lobo con el cual, me juraste no tenías nada que ver, no lo conocías y aun asi, tu estabas retorciendote a su lado.

Valentine se agacho enfrente suyo suspirando, como si quisiera saber la razón detrás de su actitud, mirándole fijamente, logrando que Radamanthys deseara la muerte, deseara ser destruido por ese alfa.

-¿Por qué? ¿Por qué lo hiciste?

Radamanthys de nuevo desvió la mirada, pensando en Kanon, si, ese era su nombre, Kanon, no era humano, no tenía futuro, aunque sí mucho dinero, sin embargo, aunque fuera tan solo un vagabundo lo deseaba, quería ser suyo, deseaba ser poseído por ese licántropo tan hermoso, quería su mordida y cuando sintió su aroma, sus rodillas dejaron de reaccionarle, de no estar embarazado posiblemente habría tenido un celo.

-Lo deseo, por eso lo hice, porque deseo ser suyo, quiero que me posea y me embarace, quiero que me muerda...

Valentine al escuchar esas palabras dejo que su furia se hiciera cargo de sus pensamientos y estuvo a punto de golpear a Radamanthys, pero no lo hizo, respirando hondo, sonriendo poco después, apartándose unos pasos, como si estuviera dolido.

-Te daré el mundo si me aceptas a tu lado, tendrás todo el dinero que desees, todos los lujos, yo te colmaré de regalos Radamanthys, solo tienes que corresponder mi afecto.

Radamanthys comenzó a reírse, sosteniendo uno de los jarrones que estaban a su lado, para lanzarlo en su contra, el que chocó contra su brazo, pues se protegió con este, haciendo que un pequeño pedazo de cerámica cortará su mejilla.

-¡Todo esto es mío! ¡Tu me lo robaste!

Valentine negó eso, acercándose a su compañero, al menos así lo veía, sosteniéndolo de la muñeca para levantarlo, acercándolo a su cuerpo, su respiración entrecortada, como si estuviera furioso por sus palabras, como si luchara para no golpearlo.

-Lune piensa que debo derribar esta impertinencia a golpes, que unos cuantos castigos te harían un omega dócil y más agradecido conmigo, que soy tu alfa.

Radamanthys solamente sonrió, mostrándole sus dientes afilados, que aún estaban presentes después de haber sido apartado de su poder, de su don oscuro, provenientes de las sombras de la muerte de esa dimensión terrestre.

-Ya me violaste, no veo porqué no comenzar a golpearme por diversión, si eso te hace feliz...

Valentine negó eso, besando el dorso de la mano de Radamanthys, no recordaba bien que le había hecho hasta ese momento pero no creía que esas palabras fueran ciertas, que le hubiera golpeado o violado, era su omega, estaban destinados.

-Pero mi amor, hacerte daño va en contra de todos mis principios, de todos mis esfuerzos... tal vez, aun no lo entiendes, aun sigues comportandote como un alfa, pensando como un alfa... negándole la felicidad a tu omega, a ti mismo.

Esas locuras eran idénticas a las dichas por esos médicos en el sanatorio, así que en respuesta hizo lo que hubiera hecho en el hospital, golpeando el rostro de Valentine con ambas manos, empujándolo con el pie a la altura del torso, tirándolo en el suelo, no para escapar, sino para comenzar a golpearlo, deseoso de ser castigado por el que se decía era su alfa.

Lágrimas de LunaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora