Susurros.

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-Eres un niño hermoso y bastante fuerte… 

Pronunció un alfa de cabello rubio, largo, que estaba separado en mechones, casi como si fueran rastas, tenía una expresión fría, pero ni siquiera él podía negar, que ese bebe en sus brazos era bastante hermoso, asi como fuerte, por la forma en que se movía, despierto, atento a sus alrededores.

-Su nombre es Sukyo… 

Pronuncio el hermano mayor de Aiacos, de cabello negro, mirada penetrante, que veia al niño en los brazos del alfa como si fueron familia y lo serian, aunque ese pequeño alfa habia nacido de la sangre equivocada, aun tenía la de su hermano, que habia escapado a un manicomio, tratando de apartarse de sus responsabilidades para con la familia.

-Así que este es el pequeño que Aiacos insistió que no había muerto. 

Estaba sorprendido, porque eso significaba que Violate si había sido asesinada y su pequeño fue arrancado de sus brazos, tal vez de su mismo vientre, pero eso le pasaba por mancillar la sangre de una familia tan noble como lo eran los Garuda, por posar sus ojos en Aiacos, cuando tan solo era su guardaespaldas.

-Me temo que sí, cuando Violate quiso apartarlo de la familia, tuvimos que hacer algo y era proteger a mi hermano, así como a su primer hijo, que es un alfa. 

De ser un omega probablemente le habrían dejado ir, si ella aceptaba la fuerte suma que le ofrecieron por dejar en paz al menor, que era un omega bastante hermoso, pero demasiado ingenuo, que no entendía que esa mujer lo deseaba por su fortuna, no por lo que fuera que pudiera darle a un alfa.

-Al menos eso pudo hacer bien. 

Pronunció Teseo, pensando que ese pequeño sería mucho más hermoso aún si fuera rubio, si tuviera su color de ojos, pero solo por la oportunidad de tener a Aiacos para él, estaba dispuesto a cuidarlo, como si fuera un hijo nacido de su sangre.

-Si, lamentablemente Aiacos no quiso creernos cuando le dijimos que Violate había muerto. 

Se quejo el hermano mayor de Aiacos, un hombre de cabello negro, un alfa demasiado violento, al que muchos le temian, pero que habia buscado la forma de hallar un alfa adecuado para su hermano menor, que habia decaido despues de perder a su guardaespaldas y a su pequeño, que aun estaba vivo.

-Y sabes que un omega buscando a su cría es sumamente necio. 

No sabía porque Aiacos estaba seguro de que su pequeño estaba vivo, si su instinto omega era el que le hizo o tal vez lo escuchó, un llanto en medio de la noche, que lo despertó e hizo que comenzara a buscarlo, era su niño, era su sangre, pero también la sangre de su familia, por lo cual, ese pequeño era suyo, como lo era su hermano descarriado.

-Pero… 

El hermano mayor de Aiacos suspiro, sirviéndose un poco de licor, observando como el pequeño en los brazos de Teseo era retirado por sus niñeras, para llevarlo a su habitación, ya era hora de alimentarlo, de su siesta.

-Ibamos a entregarle a su pequeño, si se comportaba como esperábamos y aceptaba la muerte de Violate sin problemas, pero no, no quiso escucharnos y hasta el momento se niega a hacerlo. 

Se quejó de nuevo, dándole un poco de licor, escuchando los pasos de su omega, un muchacho rubio, un pintor, que rescato de un orfanato, cuyo celo estaba muy cerca, demasiado y esperaba estar a su lado todo ese tiempo, por lo cual, necesitaba finalizar el asunto de su hermano antes de que diera inicio, por el bien de Aiacos.

-¿Por qué estoy aquí? 

Quiso saberlo Teseo, quien ya había visto al pequeño y había sido mandado a llamar por el hermano de Aiacos, cuyo nombre era Kagaho, quien le observaba como si esa pregunta fuera necesaria, aunque no estaba del todo seguro de sus intenciones al llevarlo ante ellos.

Lágrimas de LunaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora