Incertidumbre.

275 38 49
                                    

Radamanthys se levantó después de tener ese horrible sueño y quito la silla tratando de olvidar lo que había sucedido, estaba lejos de ese hospital, estaba lejos de su esposo, estaba a salvo, se dijo en silencio. 

Aunque no lo creía, no realmente, pero antes de que pudiera seguir atormentandose sintió unas terribles náuseas, como su estómago se revolvía con violencia y se veía en la necesidad de devolver el estómago. 

Por lo que corrió al cuarto de baño, apenas llegando al inodoro cuando ya no pudo más y comenzó a regresar el contenido de su estómago, más otro tanto, llamando la atención de Aiacos y Minos, quienes fueron a verle, siendo el primero quien lo encontró primero, hincado en el suelo. 

-Radamanthys… 

Radamanthys tenía los ojos cerrados, estaba mareado y cansado, así que recibió con gusto el vaso de agua que Minos le ofreció para lavarse la boca, levantándose con ayuda de Aiacos, que lo llevó a una de las mesas de la cocina que ya estaba perfectamente ordenada. 

-¿Qué te pasó? ¿Acaso fue la comida? 

Radamanthys asintió, eso debía ser, probablemente algo de lo que él cocinó le sentó mal, después de la pesadilla que tuvo, por lo cual, no debía preocuparse por nada, o al menos, eso se dijo. 

-Tal vez es la abstinencia, a veces me sentía mal cuando lograba guardar las medicinas que me daban. 

Dijo Minos y esa también era una posibilidad, que le sentara mal el no tomarse la medicina que le habían dado hasta ese momento o tal vez, sobrecargo su estómago, o fue la cerveza, pero bebió ese licor demasiado tiempo atrás para afectarle en ese momento. 

-Comí demasiado, eso es todo. 

Les explico, seguro de que eso era, el haber comido demasiado le hizo daño, que otra cosa podía ser, se dijo, bebiendo un té que de pronto Aiacos le puso enfrente, el se lo había preparado pero no lo había probado aun, asi que lo mejor era darselo al rubio, que lo acepto. 

-A mi también me pasaba, cuando perdí a Violate y me robaron a mi bebe, tenía pesadillas que me despertaban de una forma violenta, en ocasiones pensaba que escuchaba sus llantos, que llamaba por mi, pero… solo eran sueños, ellos los mataron a ambos… me quitaron a mi bebé, lo único que me quedaba de mi alfa… 

Aiacos siempre que comenzaba a contarles respecto a ella comenzaba a sentirse mareado, cansado y afligido, así que Minos esperaba que en ese momento no sucediera, necesitaban ser fuertes, porque no creía que los hubieran dejado de buscar tan fácilmente. 

-Seguramente es eso… 

Pronunció Radamanthys, ya sintiéndose un poco más recuperado, al mismo tiempo que Minos le observaba fijamente, tomando en cuenta que día era ese y diciendose que si ese malestar duraba más de una semana, las noticias no podían ser buenas para ellos. 

-¿Tu en que piensas Minos? 

Minos sirvió un poco de vino para consagrar que encontró en la capilla, para sentarse frente a Radamanthys, aun pensando en lo que había visto, para encogerse de hombros, no era nada importante. 

-En nada… no pienso en nada. 

*****

Valentine estaba molesto, sumamente enojado por todo lo ocurrido, llevaba un mes casado con el amor de su vida y ese mismo mes lo había pasado sin, separado de su Radamanthys, su hermoso omega. 

Y estaba mucho más molesto aún al tener que ver a Pandora sin su omega a su lado, después de comprender que una vida en un sanatorio o un hospital psiquiátrico era por mucho peor que ser su esposo. 

Lágrimas de LunaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora