Secretos de Café [Cumpleaños- Les Mis]

26 2 16
                                    

--------------------

Y contigo culmino un año felicitando lectores que se han vuelto cercanos, henos aquí una vez más, sigo esperando que algún día la musa se digne a dictarte y sea tan severa q no te deje borrarlo, con suerte sea este año, pero por hoy, celebra un buen día, de mi parte tu regalo. Feliz Cumpleaños, pequeña!

--------------------

¿Quién soy? No importa, soy una sombra que va de aquí para allá y todos los martes y jueves mi lugar se limita a la sala privada del café. No te fijes en mí, soy un eficiente adorno más, yo no participo en lo que aquí ocurre, yo solo sirvo y pese a todo, sigo teniendo ojos, oídos y posturas al respecto de lo que ocurre, pero lo importante aquí, no soy yo, son ellos...

Una vez aclarado eso, toda duda sobre mí, si es que hay alguna, no será respondida aquí, yo solo he sido espectadora de sucesos y hoy en especial ha pasado un hecho sorprendente que quisiera comentar con alguien: Ha existido la paz en esta sala y el culmen de muchos antecedentes, de los cuales yo no tendría que haberme enterado, pero como dije, pese a ser parte de la decoración, tengo oídos y ojos

Yo estuve ahí cuando esto aún no empezaba y recuerdo perfectamente ese día, Grantaire, tan igual a como es ahora o tal vez más apático si es que es posible, entró al café de mala gana, buscando un buen trago porque por unos días el Corinto se dio el lujo de no abrir, hasta dónde sé, tenían que ir a una boda y el viaje duraba dos días. No hubo quien no se enterara, así que por esos días, todos sus clientes, buscaron dónde escampar y aquí vino a parar Grantaire

Mi jefe con ojo crítico dejó la orden de cobrarle primero, antes de llevarle el pedido, así se hizo y con una mueca desdeñosa aceptó pagar, dejando por adelantado un par más y sin decir mayor cosa, pasó y se dejó caer en una de las mesas. La de la esquina que estaba al lado de puerta crema que daba a las escaleras del salón privado

Ahí se quedó bebiendo y cuando estaba por terminar la segunda, alzó la mano, indicándome que trajera la siguiente, momento justo cuando se atrancó con la que bebía. Del otro lado del salón, la puerta acababa de abrirse y desde el umbral, tres caballeros, evidentemente estudiantes, revisaron el café antes de entrar y una de las demás les atendió.

Algunas son tan afortunadas pensé en ese entonces, ella les atendía a ellos, mientras que yo tenía el borracho de la mesa solitaria que miré con desilusión, suspiré y le llevé la siguiente botella para volver a la barra, a mirar hacia la misma mesa que él

De seguro le dejarían tan buena propina a la otra mesera, que podría ir a cenar al mesón y pedir pato asado como los ricos. Es lo que yo haría, pero ella parecía importunarles y no darse cuenta, porque callaban cada vez que mi compañera se acercaba ¡Y vaya si se acercaba!

Para lo que pidieron, perfectamente pudo llevarlo en una bandeja y hacer un solo viaje, pero sus ansias por hacerse notar eran mayores a su buen servicio, así que en lugar de tomar una bandeja y llevar los tres cafés con sus acompañantes, hizo 6 viajes, para llevar cosa, por cosa

Al menos para consuelo de ella, al moreno de rizos oscuros y ropa finísima, le entusiasmaba verla acercarse, como para sonreírle a pocos pasos de la mesa y eso le bastaba a los otros para callar de golpe y posiblemente clamar por paciencia. Especialmente la última vez, cuando se quedó ahí por unos segundos más, como para que la miraran y por cortesía le preguntaran si ocurría algo.

Ella al menos no se delató aún más y tuvo la decencia de mentir diciendo que esperaba a ver si eso era todo o iban a pedir algo extra, ellos negaron y sólo le quedó la opción de irse. Puede que desde mi sitio, me riera por lo bajo al ver con la ilusión que giró a verles, cuando se iba a ir y la llamaron de nuevo, pero se lo merecía.

Random [Actualizaciones Espóradicas]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora