73. Infierno

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El hombre caminaba en medio de la niebla; podía escuchar sus propios pasos y delante de sí no parecía haber nada. Pero caminaba y caminaba sin ni siquiera reflexionar o pensar algo. Él caminó hasta que finalmente apareció de entre medio de la niebla una caverna enorme. Con una entrada oscura y fría. Una entrada para el él. Entonces lo supo con el corazón y con la lógica que había llegado el momento. Si, eso era. Eso era aquello de lo que las religiones hablaban. Había finalmente llegado a las puertas del infierno. Una pobre alma solitaria. Sabía que era su obligación entrar, no había de otra. Dio unos pasos más y estaba muy oscuro, con algo pulsante y maligno al fondo. Él podía sentirlo. El olor a carne podrida era increíble. Entonces escuchó una voz que entró por todos los poros de su cuerpo. Una voz inminente. Terriblemente poderosa.

- Bienvenido.

La pobre alma temblaba. Apunto de perder la compostura y con la voz quebradiza y llorosa, gimió.

- ¿Quién eres?

Y la voz penetrante pero paciente, respondió:

- Tu sabes quien soy.

Entonces el hombre empezó a llorar.

- No entiendo por qué estoy aquí. ¿Por qué? ¡Yo llevé una buena vida! ¡No le hice daño a nadie! ¿Por qué?

Entonces, luego de varios segundos, tomándose su tiempo, la voz tan calma y profunda le pregunta.

- ¿Qué esperabas?

Él se secaba sus lágrimas, sollozando.

- En la tierra dicen que el mayor truco que tú le jugaste a la raza humana es convencerlos de que tú no existías.

La voz le corrige:

- No. La mayor jugada que le hice a la raza humana fue que pensaran que había alternativa.

El hombre continúa sollozando y gime:

- Tú eres el diablo.

Y la voz lo corrige de nuevo.

- No. Yo soy Dios.

[Estas últimas tres historias las saqué de uno de mis youtubers favoritos: DrossRotzank. Realmente me encantaron y se puede meditar y pensar con ellas. ¡Digan en los comentarios qué les pareció! :)]

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