1. La canción del suicidio

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¿Alguna vez oyeron hablar de la famosa "canción del suicidio"? Seguramente no, pero lo que ya deben saber es que las historias más espeluznantes no son las paranormales, de hecho, las historias más espeluznantes son las que pertenecen a la dimensión de la vida real. Esta historia es de la vida real.

Empieza en Hungría, durante 1930. La gran depresión no solamente afecta a los Estados Unidos, sino también a Europa, además se respiran climas de guerra. Allá, en Europa, ya se lo veían venir con mucha anticipación y eso, tomado de la mano con el hambre, la miseria, el terror, el miedo y el pánico, hacían de la vida de los europeos muy gris y muy mísera. Fue entonces cuando un compositor, de la mano de un poeta compuso una canción. Era muy linda, y no tardó mucho en salir a la radio. Fue el principio de una serie de eventos aterradores. La famosa canción de este dúo, causó una ola de suicidios. La policía así lo supuso porque la última pertenencia encontrada en manos de muchas de las personas que se quitaron la vida, incluso de maneras tan violentas como tomar una navaja de afeitar y cortarse su propia garganta, era un disco al lado, con la famosa canción tocando.

Alrededor de toda Hungría se registraron diecisiete suicidios reales, y en todos había algo que igualaba todas esas muertes desafortunadas: esa dichosa canción.

Resultaba que el creador y poeta que la escribió, el señor Rezső Seress, la había compuesto inspirado en su novia, que se quitó la vida y éste evento lo marcó muy negativamente, o al menos eso cuenta la leyenda tras ésta canción. Parte de las estrofas de la misma está compuesta por las palabras de la última carta que dejó la mujer antes de suicidarse. El señor Seress por poco se mete en problemas legales porque ésta incitaba al suicidio.

Ésta es una de las estrofas:

Triste es el domingo,

Mi corazón y yo hemos decidido que se acabe todo.

Pronto habrán velas y oraciones tristes.

No hace falta ser un detective como para darse cuenta que, de hecho, habla de un suicida, de alguien que va a acabar con su propia vida. Pero hubo la mala suerte de que, al comenzar la Segunda Guerra Mundial, Hungría ya no tenía tiempo como para escuchar historias de ésta naturaleza. Así que esta canción se quedó dormida por mucho tiempo hasta que finalmente fue exportada a Norteamérica, donde se le dio por el nombre de Gloomy Sunday, por su traducción, "Domingo Triste" basada en su nombre original. Gloomy Sunday volvió a causar una ola de suicidios en masa, pero ésta vez, incluía a más de cincuenta personas. Personas que se cortaban las venas, personas que se tiraban de sus departamentos o simplemente personas que decidían volarse la cabeza de un disparo. Los psicólogos en aquel entonces, recomendaron encarecidamente a las personas no escuchar ésta pieza musical en un idioma que pudieras entender. Es preferible escucharlo en húngaro a escucharlo en inglés. Los que abarcaron en éste tema estaban convencidos que si la escuchas teniendo un mal día, puede deprimirte muchísimo, y esto no es ficción, por algo muchos psicólogos aconsejan encarecidamente escuchar tango cuando estés deprimido.

¿Quieren saber lo peor de todo?

Durante los años sesenta, mientras investigaban el origen de esta canción intentaron dar con el compositor de la misma. El compositor los llevó al poeta, pero lamentablemente aquí termina todo, cuando se dan cuenta que el señor Rezső Seress se había suicidado hacía ya tiempo.

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