juguemos pool

24 1 0
                                    

Dos horas después de discutir con un policía y pagar una suma de dinero no de una forma muy legal, logramos irnos ilesos.

Todo era silencio, creo que hasta apenas respirabamos, el ruido del motor era lo único que se escuchaba.

el auto de Am lo manejaba Mirco ya que ella no estaba en condiciones a lo que mi amiga se negó rotundamente, pero por obvias razones perdió la discusión.

Frenamos en la casa de Am y esta se bajó tambaleando, estaba por seguirla cuando Malek trabo mi puerta con el seguro.

—tu vienes con nosotros— no era pregunta y mis ganas de pelear eran nulas, esperamos a que la castaña entrara a la casa para dirigirnos hacia su casa.

Podría pedir un Uber e ir para mi casa pero eso generaría otro regaño aparte del que estoy por tener en unos minutos no muy lejanos.

La cara de todos era de cansancio y la verdad es que creo que tengo una contractura tremenda.

Bajamos en su casa y las luces estaban encendidas.

Al cruzar la puerta nos encontramos con Alda en bata con una bandeja de tazas de té.

—Ay que alivio que la hallan encontrado, ¿pero que mierda les paso?, parecen recién salidos de la carcel—quise reírme pero me contuve.

Todos tomamos una taza menos Malek que solo se fue escaleras arriba.

—¿de esta no me salvo verdad?— los tres hermanos negaron y puedo jurar que los vi divertidos por la situación.

Alargue el momento lo más posible, me bañe y cambie con una ropa de As.

Mentirita si dijera que no me tiemblan un poco las manos, pero aún así entre a uno de los cuertos de los que sobresalía una luz.

Había sillones, dardos, un metegol y una mesa de pool. Si fuera otra la situación me hubiese gustado jugar.

Él tenía un vaso de whisky en la mano y con la otra lanzaba los dardos, se que sabía que había entrado pero aún así siguió tirando.

—¿vas a ignorarme o vas a gritarme de una vez?, tengo sueño si no te importa.

Me arrepentí en el momento en el que sus ojos giraron hacia mi, su expresión estresada rabia, preocupación y ¿decepción?, no sabría describirlo con exactitud.

—¿eso quieres?, porque la verdad no logró entender, así que dime, ¿que es lo que quieres?— soltó un suspiro.

—te quiero lejos— era una gran mentira pero en situaciones desesperadas se recurren a medidas desesperadas.

—¿en serio?, no lo parece— dejo el vaso y se acercó, quise retroceder pero me obligue a no hacerlo.

Sus pupilas estaban dilatadas y recién en ese momento me di cuenta del leve aroma a marihuana que había en la habitación.

—¿estás drogado?.

—drogado o no sigo viendo como reaccionas cuando me acerco—tome aire e intente repetirme que es la droga hablando.

—porque no vamos por un vaso de agua y esta conversación la terminamos mañana cuando estés en tus cinco sentidos— me giré con la intensión de dar por terminada la charla pero él se ve que tiene otra idea.

—te demostraré que estoy en mis cinco sentidos— me agarro por detrás y se movió de forma rápida, sin darme cuanta termine de frente a la mesa de pool con su torso pegado a mi espalda.

Me falto el aire y casi me da un paro cuando sus manos subieron un poco la remera para tocarme las piernas.

—Malek mañana vas a arrepentirte de esto— mi voz salió un poco entrecortada y el solo me apretó más.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Jun 09, 2021 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Nuestro Tono Neutro Donde viven las historias. Descúbrelo ahora