Luego de la muestra del viernes, los expositores (entre ellos, Ester) se habían llevado todas las cosas que no se habían vendido y las que no quedarían en exhibición. Nosotros nos encargaríamos de las entregas de las obras vendidas o reservadas, ya que el día de la muestra no tenemos permitido que los clientes se las lleven. Algunas personas dejaban asentado cuándo pasarían, y otras nos iban llamando para que se las preparemos. Mientas controlábamos con Paulo las fotografías que habían quedado, nos dimos cuenta de que había una de más. Sin darnos cuenta, quedó mezclada entre las reservadas. La realidad era que se trataba de una toma preciosa: la mayoría de sus fotos eran en blanco y negro, pero en esa había dejado un objeto en color. Una mariposa con sus alas en una mezcla de color anaranjado, violeta y marrón se encontraba posada sobre la flor de una planta bastante grande. Alrededor había todo pasto perfectamente cortado y algunas plantas más dispersas.
-La llamaré para que pase a recogerla -me dijo Paulo mientras buscaba en la agenda su número telefónico.
-Deja, yo lo hago. -le respondí. Era el momento oportuno para contactarme con ella y aclarar los temas del pasado que habían quedado sin hablar.
Busqué en mi cartera la tarjeta que me había dejado con su número y le envié un mensaje. Para mi sorpresa, me respondió al instante. Se mostró más que feliz ante la idea de juntarnos. Le dije que podía pasar por mí a la hora en que me iba de la galería y que podríamos ir por un café. Me respondió: "sí, por supuesto, como en los viejos tiempos". Y si, así era, y más que nada porque traeríamos al presente todos los fantasmas del pasado, incluso a ti.
Había tanto de que hablar, tantas cosas que aclarar. Sin siquiera haber llegado la hora de encontrarnos, me encontraba aturdida culpa de mis pensamientos. ¿Qué me diría Eva sobre lo que había pasado entre ella y Benjamín? ¿Había hecho mal en no permitirle hablar en su momento? Tal vez, si sabía su verdad, las cosas hubieran sido diferentes. A veces no es bueno remover el pasado, porque, por alguna razón, no sigue estando en el presente, y los temas no resueltos pueden terminar hiriendo aún peor.
-¿Cómo vas llevando todo, Aylu? -La pregunta de Paulo me hizo dejar de lado mis pensamientos.
-Mmmmm.
-Eso me dice más que cualquier otra cosa -Paulo tenía entre sus manos un cuadro abstracto que habíamos vendido, a mi forma de ver, a un monto demasiado elevado, pero la gente a veces paga por el nombre del artista más que por la obra en sí.
-Es que, para serte sincera, no lo sé. Esto, todo esto, se está volviendo rutinario y extraño. Los días pasan y yo me muevo a través de ellos como por inercia -le dije mientras me sentaba en una de las banquetas detrás del mostrador-. Trato de que todo marche bien, de ponerle buena energía a lo que hago, pero no parece ser suficiente.
-Ya pasará. Sé que suena absurdo ahora y que pensarás que estoy loco, pero todo pasa, cariño. No existe un estado de sufrimiento constante, y tampoco de felicidad. Ambas cosas son pasajeras, son instantes. Lo malo es cuando te aferras demasiado a la tristeza, porque tiende a querer quedarse contigo y eso no es para nada bueno. Te lo dice alguien que estuvo sumido en un estado de sufrimiento interno por mucho tiempo.
Sabía a lo que se refería. Una vez que nos quedamos hasta tarde adornando el patio, terminamos hablando de nuestro pasado y él me contó sobre su adolescencia. Le había costado mucho poder aceptarse tal cual era, y muchísimo más animarse a contarle a su familia y amigos. Me dijo que algunas de las personas ya lo intuían, pero tener que cargar con el peso de no saber si su propia familia lo iba a aceptar al gustarle las personas de su mismo sexo le generó mucha ansiedad y estados depresivos. Ese día recuerdo que me dijo: "La oscuridad es tu peor enemiga y, al mismo tiempo, tu mejor amiga. Está ahí para abrigarte y sumirte en un constante estado de deterioro del cual cuesta horrores poder salir". Paulo sabía de lo que hablaba y por eso no me quería ver así.
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MIS DÍAS SIN TI ©
Teen FictionCuando sufrimos una pérdida, todo parece oscuridad. La vida de Aylén se sume en una infinita depresión tras la muerte de su mejor amigo, el amor de su vida, su único sostén. Desde ese día, deberá aprender a salir adelante con su dolor. Pero no esta...