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Welcome to the jungle.

¡Bienvenido de nuevo majestad! Jaja, ya extrañaba ver tu cabeza de pelos parados andando por los pasillos. ¿Tu cabello perforara mi mano si lo tocó? Mmm... ¡Quiero intentarlooo!

Pero en fin, no me creo que ya tan pronto regresaras, todo estuvo pacifico sin ti por aquí. Demasiado pacífico diría yo.

Déjame ponerte al corriente,¿vale? Hubo unos atentados de Mineta contra las chicas, Kaminari casi electrocuta a Aizawa Sensei, quién lo castigo con limpiar los baños, Deku se rompió un dedo de nuevo, Aoyama lleno el aula de purpurina morada tras un pequeño experimento, Sero, Ashido, Kaminari y Mineta usaron a Koda para llenar el aula de insectos durante la clase de Present Mic y poder saltarse el exámen, Meirara casi mata a Uraraka en un entrenamiento. En fin, todo normal, con siempre. ¡Bienvenido a la jungla de la clase A! ¡Faltaba la bestia, el rey de los supremos compulsivos y mi querido idiota!

¿Sabes? Se que digo que eres bestia pero... Hoy has estado tranquilo, demasiado para ser Bakugō Katsuki diría yo. ¿Todo bien? ¿El veneno te quemó las cuerdas vocales? Jaja, tranquilo, lo del veneno de ratas en el té era broma, no sería capaz de matarte, o bueno, aún no jaja.

¿Te gustó el té? Es uno de mis favoritos, lo tomó después de un arduo entrenamiento. Los demás no lo saben, pero mi botellón de agua no contiene agua realmente, lo lleno todo de té y lo dejo en la nevera toda la noche, al día siguente, aunque ya sea tarde, el té se mantiene fresco, es delicioso, me ayuda a controlar mis nervios.

Suponiendo que no tomaste la segunda bolsita de té por el supuesto "veneno" te dejo una más para reponer esa. Espero está si la disfrutes y te deshagas de tu mal humor de hoy.

Los idiotas también tiene que recuperar energías para proseguir con sus idioteces ¿cierto?

Recupérate mi idiota-no-bestia.

Atte. Alguien que se siente generoso hoy.


—Tch... Este tarado de nuevo.— doblo como sea la nota y la guardo en su bolsillo

Se sentía como un idiota por haber creído que realmente el té podía contener veneno. Quedó como un tonto ese día.

Unas risas provenientes de la puerta del aula le hicieron ver de reojo. Por ella, entraban la parejita más reciente de la clase.

La sangre le hirvió de celos, su risa no podía ser para el de pelos verdes, su sonrisa, su mirada enamorada, su tacto, ¡no! ¡Ella no podía pertenecerle a Deku! Y eso lo ponía de mal humor.

¿Qué si Meirara y Deku era novios? Claro que no, pero ya casi todos se lo olían, que eso no tardaría en llegar.

Supuestamente, Meirara había entrado hace dos días a clases, y él apenas hoy, entonces, ¿en que momento se volvieron tan cercanos? Al parecer Midoriya continúo llendo la a ver durante su breve recuperación. Mientras que el explosivo chico no se había armado de valor para volver a aparecer frente a su puerta, no después de haberla hecho llorar la última vez y de que ella lo corriera de su casa de tal manera.

Estaba muy molesto, nada estaba resultando como él quería, y para colmo, Uraraka estaba resfriada así que ni siquiera podía usarla para enamorar a Deku y alejarlo de su chica.

Quería levantarse, acercarse a la parejita (la cual que no dejaba de reír entre ellos y aprovechar cada maldita oportunidad para intercambiar toques y roces), y llevarse a Kabuyā de allí, lejos del pecoso y de su encantadora sonrisa.

Pero algo le detenía, algo le impedía volver a atacarlos. Esa frase movió, sin que se diera cuenta, un pedacito de su ser...

"Recupérate mi idiota-no-bestia."

Así que no era una bestia después de todo, ¿eh? ¿Por qué sintió un pequeño alivio luego de leer aquella frase? Las palabras que espero de respuesta de la chica que le gustaba llegaron a él por medio de un desconocido.

Así que, con la mente en el extraño, se quedó ahí, quieto, sin hacer nada. No le vendría mal a nadie que por un día no los atacará, ¿cierto? En vez de eso, prefirió hacer algo más.

Se enderezó, abrió su libreta, y comenzó a escribir. ¿Que rayos hacía? Ni él mismo tenía idea.

Pero sus dedos se movían sin detenerse, trazando en aquella hoja letras que en conjunto formaban palabras. Y después de pensárselo mucho, borro todo su escrito, y solo dejo una oración. Una simple pero significativa oración... ¿Podría cambiar las cosas?

 ¿Podría cambiar las cosas?

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Notas a un querido idiota [Bakugō Katsuki] ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora