La amenaza

244 20 5
                                    

Seguía nervioso desde aquel día. Pero la peor parte fue lo que pasó después. En cuanto llegamos a la fortaleza Heliud entró a mi cuarto y cerró la puerta detrás. El cuerpo entero me temblaba aún y no comprendía si era deseo o rabia lo que sentía. Imaginaba que quería saber como había comenzado "la pelea" así que no me sorprendí. A fin de cuentas, el fue uno de los primeros en llegar a separarnos.

- ¿Qué estabas pensando? - soltó con su acento marcado

Solo alcancé a reírme antes del nuevo golpe que recibí. "Al menos este no va a besarme" - pensé al caer al piso nuevamente.

-¿No se te ocurrió decirme lo que eres? Hemos convivido tanto, hemos dormido en el mismo cuarto. Es asqueroso.

Por un momento no supe que responder. Me quedé tirado en el piso pensando ¿qué era yo? ¿Un hombre enamorado de otro? ¿Se puede enamorar uno de alguien que apenas conoce? ¿En pleno siglo XXI es anormal que un hombre desee a otro? Mucho drama por un beso. Decidí terminar todo, ahí en el piso, después de dos golpizas y un beso. Decidí ser algo normal.

- ¿De qué estás hablando hermano? Si la pelea fue por eso que crees haber visto. Ese vato es un rarito. Me da asco solo pensar que pasó. Quisiera olvidar todo esto y no hacerlo más grande.

Dije todo eso con la voz más firme que pude mientras me levantaba. Su cara cambió y creo que creyó todo. Charlamos un poco más y nos reímos del hombre que minutos antes había tenido sus labios entre los míos. Y así pensé que dejaría de desearlo. Al menos Heliud creyó la mentira.

El corazón es un músculo [Aristeo x Pascal] ~ Finalizada ~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora