La duda

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De repente hubo un silencio incómodo. Sentía la sangre corriendo hacia mi cara. No entiendo porque se empeña en hacer todo tan raro.

- Creo que me habla Mati. - dijo Aristeo al fin, rompiendo el silencio. Comenzó a levantarse.

- No es cierto, siéntate Aris. - dijo Ernesto tomando del brazo a su hermano. - Nunca comemos juntos, vamos a pasar un buen rato.

- Mmm, no te preocupes. No quiero seguir incomodando. - dijo mientras sonreía. Su estúpida y sensual sonrisa.

- No incomodas para nada, ¿verdad? 

No sé que sentí primero, si la mirada molesta de Ernesto o la patada debajo de la mesa. Igual fruncí el seño mientras negaba con la cabeza. Pero al ver que no se sentaba, suspiré.

- Por favor siéntate hoy con nosotros. No eres una incomodidad.

Aristeo comió ese día frente a mí. Sonriendo tan perfectamente como siempre. No podía dejar de pensar en sus labios sobre los míos. Y en la nota. ¿Puede ser que vaya en serio?

Al final como un chiste desagradable hubo helado de menta como postre.

El corazón es un músculo [Aristeo x Pascal] ~ Finalizada ~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora