"Son dos mentiras, dos mentirijillas destinadas a tranquilizarse mutuamente.
Pero asi empiezan algunas mentiras. Simples mentirijillas. Bienintencionadas. Hasta que se vuelven demasiado gordas y ya no hay modo de manejarlas."
-Jane Corry
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Eran las 7p.m, ya estaba atardeciendo. Los rayos de sol pegaban contra las grandes ventanas de la casa de la pelinegra, cuyos ojos color carmesí estaban centrados en el gran piano frente a ella, sus manos se movían con fluidez tocando con delicadeza cada tecla de el piano.
Al finalizar, la Sonata n.°14, compuesta por Beethoven, mejor conocida como "Claro de Luna", fue aplaudida por un presente que se encontraba escuchando todo desde un principio apoyado en el marco de la puerta.
—Eso fue hermoso ___. —Dijo mientras se acercaba a paso lento hacía la joven. —Pero no fue perfecto, quiero que la practiques más. Para mañana a las 12p.m debe estar pulida completamente.
La pelinegra miro para el suelo soltando un suspiro de frustración, luego de unos segundos le volvió a dirigir la mirada a su hermano.
—Adam... —Habló. —Para mañana no creo poder perfeccionarla, tengo que ir al secundario. Y cabe mencionar que ya me comprometí que a la noche iba a patinar, ya sabes, en "S".
—Entonces no duermas. —Respondió su contrario alzando la voz y enderezando su postura. —La quiero para mañana si o sí. Sin reproches, linda. —Finalizó para luego dirigirse al gran salón.
___ miró hacia la ventana, la vista era increíble. Los pájaros volaban, y la suave brisa sacudía las hojas de los árboles. Pero su atención fue captada por un chico de ojos verdes que pasaba patinando frente a su casa. No era nada más ni nada menos que el pequeño Miya, el cual se dirigía a "S".
Los dos chicos ya se conocían anteriormente, eran compañeros de clase. Pero además de eso, Adam habia obligado a su pequeña hermana a hacerle apariciones inesperadas a Miya en las cuales les daba consejos de patinaje. De igual forma, nunca le había revelado su rostro al pequeño azabache, ya que ___ quería pasar lo mas desapercibida posible, no le gustaba que las personas la conocieran por ser la hermanita menor de Adam, no quería que piensen que su personalidad era igual o peor que la de su hermano.
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