"Son dos mentiras, dos mentirijillas destinadas a tranquilizarse mutuamente.
Pero asi empiezan algunas mentiras. Simples mentirijillas. Bienintencionadas. Hasta que se vuelven demasiado gordas y ya no hay modo de manejarlas."
-Jane Corry
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___ entró a su casa, y cerro la puerta delicadamente para evitar que haga ruido.
—¿Donde estabas?— Escucho a sus espaldas, exaltandola —Responde a mi pregunta ___—
—Estaba con Reki en el hospital, por tu culpa, no te quejes Ainosuke— Le contestó secamente la menor.
—No es mi culpa que no tenga el talento suficiente como para superarme, además, yo quería patinar con Snow, el se entrometio—
—Algún dia, patinaré contra ti en "S", y te dejare en ridículo, Adam—
—Shh...— Apoyó su dedo en los labios de la menor —Acuérdate de quien te enseñó a patinar... ¿Creés que vas a poder superar a tu maestro?—
—Lo mismo pregunto... ¿Creés que algún día superarás a Tadashi? ¡Ja! Que ingenuo
Ainosuke solo se quedo en silencio, mirando con desprecio a su hermanita.
—Si no tienes nada que decir, me voy—
___, dejo a su hermano hablando solo, y subió rápidamente las escaleras, para después, cerrar la puerta.
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—¿Que trae tu bento?— Preguntó la joven de ojos carmesí, la cual, se inclinaba hacia el pelinegro para ver que estaba almorzando.
—Lo típico, arroz, ensalada, pescado al grill, umeboshi...— Contaba el ojiverde.
—¡Que ricoo! Yo muero de hambre...— Se quejó la pelinegra, la cual, no llevaba almuerzo, ya qué su querido hermano, en venganza, le dijo a la sirvienta que hoy no le preparase su almuerzo.
