"Son dos mentiras, dos mentirijillas destinadas a tranquilizarse mutuamente.
Pero asi empiezan algunas mentiras. Simples mentirijillas. Bienintencionadas. Hasta que se vuelven demasiado gordas y ya no hay modo de manejarlas."
-Jane Corry
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"Curarse con aguas termales suena como lo que hacen los viejos" Repetía Reki, pero, ¡Ey! ¿Quién dijo que un adolescente no podía tener espíritu de viejita?
Miya, dijo que las aguas termales son excelentes para las lesiones, así qué, ahora, el grupo de amigos se dirigía en crucero a Miyakojima, donde se encuentra esa fuente termal.
Reki se encontraba mirando a una chica pelicastaña en el crucero, con un leve sonrojo en sus mejillas.
—"Que linda"— Emitió con voz aguda el peliceleste —Eso es lo que dice tu cara—
—¡C-claro que no!—
—Entonces, ¿Alguien así es tu tipo?— Pregunto el ojiverde.
—Ni te molestes, estás en un mundo diferente al de ella— Dijo Shadow.
—¡Ay por favor! Puedo asegurarles que conozco a chicas mucho más lindas— Habló la pelinegra, cruzada de brazos.
—¿Asi igual que tu? Ay porfavor— Se rió el azabache.
—Así como me vez te gusto— Dijo con sonrisa triunfante.
—¿¡Eh!?— Emitió rojo el ojiverde.
—¡Es broma! ¿O si te gusto?—
—¡Claro que no, idiota!—
La pelinegra se carcajeaba con las expresiones de su amigo.
—¡Ustedes callense par de tortolos! Y tu— Gritó Reki señalando a el mayor —¿Que quieres decir con eso? ¡No lo sabrás a menos de que lo intente!—
—¿P-par de tortolos?— Emitió el dúo al unísono.
Reki se acercó unos centímetros a la chica, pero no le habló.
—¡Langa, ve a hablar con ella!— Grito en susurros el pelirrojo.
