"Son dos mentiras, dos mentirijillas destinadas a tranquilizarse mutuamente.
Pero asi empiezan algunas mentiras. Simples mentirijillas. Bienintencionadas. Hasta que se vuelven demasiado gordas y ya no hay modo de manejarlas."
-Jane Corry
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—Adam, te lo juro, no puedo más— Dijo la pelinegra mirando como sus manos temblaban exageradamente.
—Hazlo devuelta, no vamos a parar hasta que lo hagas bien—
—¡No jodas Adam! Encerio, me va a dar tendinitis—
—Te dije que lo vuelvas a hacer, ___— Habló más firmemente el peliazul.
—Esta bien...— Y justo cuando tocó la primera nota, fueron interrumpidos por pequeños golpecitos en la puerta.
—Disculpe Ainosuke-sama, sus tías lo llaman— Se asomó el pelicastaño de la puerta.
—Ya vuelvo ___, Tadashi, quédate con ella y supervisa que no haga ninguna tontería—
—Si señor—
Cuando Adam finalmente salió de la habitación, el pelicastaño hablo.
—Necesito hablar contigo ___—
—¿Que sucede Tadashi?—
—Tu hermano planea hacer una competencia de patinaje—
—¿Y que quieres que haga? Me le enfrenté y mira como terminé— Dijo mostrandole las marcas de sus brazos.
—No me dejaste terminar de hablar— Agarró una silla y se sentó al lado de la menor —Cualquier integrante de "S" puede inscribirse, luego, se harán unas eliminatorias, donde quedaran un par de patinadores, se enfrentarán de a dos para las carreras, y el que pierda se lo eliminara, al final, quedara solo dos patinador, estos se enfrentarán mutuamente, el que gana, podrá darle una prenda al otro—
—¿Y?—
—Y ahí es cuando entramos nosotros, yo participaré, tu, ___, tienes que participar también, eres la única, además de mí, que le puede ganar a Adam—
—Tadashi...— La joven bajo la cabeza y pensó unos segundos —Yo... No lo sé, no sé si seré capaz de ganarle, además, todo esto me trae mala espina...—
—Vamos... ___— Hablo Tadashi poniéndole una mano en el hombro —Si eres capaz—
La pelinegra dudo unos minutos, pero, después de todo, ¿Que podría pasar mal?
—Esta bien, acepto—
—¡Genial! Acuérdate de ir encubierta, no querrás que se entere—
—Si, claro—
—Comienza a practicar, antes de que llegue Ainosuke—
—¡Si!— La joven, siguió practicando, minutos después, llegó su hermano, el cual, echo a Tadashi de la habitación, y siguió exigiendole a la joven de ojos carmesí.
