Capítulo 33

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Borja lleva a Vesta hasta donde se encuentra el árbol en donde estuvo dormida por dos siglos.

Al bajar de su lomo, Vesta se acerca para poner ambas manos sobre el tronco.

—¿Qué vas a hacer? —Pregunta el demonio; pero Vesta guarda silencio —Oye...

—Lo siento... —Dice con voz quebradiza —Esto es mi culpa... —Los ojos de Vesta se llenan de lágrimas mientras mira el tronco.

—Vesta...

—Debí... —Solloza —Debí haberlo hecho bien. No debí dudar —Voltea para ver a Borja —No sé cómo salvar el bosque. No sé cómo salvar mi hogar...

—Tranquilízate.

—La magia que tengo ahora es inútil y Stolas está muerto ¡¿Cómo quieres que me calme?!

—Escúchame bien, Vesta. —Dice Borja con una garra en el hombro de la joven —Si no puedes hacerlo, no tiene caso que sigas por el mismo camino.

—Pero...

—Tienes que salir de aquí, Vesta.

—No puedo irme. No puedo abandonarlos ahora. —Seca sus lágrimas —El bosque se destruirá y el muro desaparecerá por completo. De todos modos serán libres. Incluyendo...

—Incluyéndome me a mí...

Vesta y Borja ven al demonio lobo de pelaje negro frente a ellos. Sus ojos rojos resaltan en la oscuridad creciente de la noche entre los árboles que aun quedan de pie.

—Oh no... —Aparece Lonch

—¡Te dijimos que por ahí no, idiota! —Llega Gob.

—Acabemos con esto de una vez... —Dice saliendo de entre los árboles.

Al verlo, Vesta da unos pasos hacia atrás debido al miedo que siente; pero se detiene al ver que Borja se interpone gruñendo con fuerza.

—Primero deberás acabar conmigo, Borkoff

—Borja —Vesta lo sujeta de su garra —No lo hagas...

—Vete de aquí, Vesta.

—No quiero dejarte.

—Pero lo harás.

Dicho eso, Borja separa una de sus sombras para obligar a Vesta a salir del lugar; pero es interrumpudo porbla llegada de las brujas.

—¡Vesta! —Todos voltean a ver a Raksha, que permanece de pie a pocos metros con lo que parece ser una esfera de color azul entre sus manos.

—Corre —Dice Borja —Te haré ganar tiempo.

—Otro camino... —Borja asiente antes de dirigirse a su otra mitad.

—Ahora vete.

—Será un placer hacerte pedazos —Dice Borkoff.

Vesta corre hacia Raksha para averiguar lo que tiene en sus manos. Aquella esfera azul le parece cada vez más intrigante.

—¿Qué es...?

—Stolas rechazó su propia magia para quedarse con la de Rynna, con tu fuego.

—No lo entiendo...

—Antes de morir Stolas se aseguró de no perder tu magia y eliminó la suya —Un leve temblor debido al impacto de ambos demonios llama la atención de ambas brujas.

—Stolas volverá a nacer. —Raksha asiente colocando la esfera frente a ella —¿Por qué el bosque está colapsando?

—Porque Stolas no quiere desperdiciar su nuevo poder —Dice Remena.

—Vesta. El bosque permanecerá inestable hasta que Stolas vuelva a nacer. Pero puedes hacer uno nuevo con su magia.

—¿Dices que haga mía la magia de Stolas?

—¡Borja! —Exclama Lonch —¡Vamos, levántate!

Vesta se asusta al ver a Borja reducido por Borkoff, quien no hace más que golpearlo una y otra vez sin dejar que se defienda.

—¡Ya basta! —Grita con fuerza, enterrando sus manos en la tierra y dejando salir todo su poder.

Todos ven cómo Borkoff es derribado por la ráfaga de fuego que sale bajo la tierra para alejarlo de Borja. Pero no tarda mucho tiempo hasta que su magia se agota, haciendo que Vesta caiga de rodillas y tiemble por la temperatura nuevamente. Su magia se ha agotado por completo, y todos saben qué debería hacer.

—Vesta —Raksha le entrega la esfera y se aparta de ella.

—Todo por mi familia... —Murmura antes de golpear la esfera contra una roca para liberar las llamas en su interior —Tomaré prestada tu magia. Pero no creas que no quiera el fuego de mi madre de vuelta.

Vesta se cubre por completo de aquellas llamas azules, que lentamente son absorbidas por ella.

—Vesta está... —Los demonios menores la miran asombrados mientras Borja se intenta levantar con un poco de dificultad.

—Tías... —Dice Vesta entre dientes —Salgan del bosque. Lo voy a sellar.

—¿Qué estás diciendo? —Pregunta Remena.

—Esta vez lo haré bien —Mira sus manos mientras deja salir su magia haciendo una especie de domo sobre las hojas y tierra en sus manos.

—Niña estúpida —Dice Borkoff, luego de que las llamas rojas se dispersan. —Ni creas que dejaré que vuelvas a encerrarnos...

—Esto es por su bien. Aquí estarán a salvo.

—Todos menos tú...

—Claro que sí —Se interpone Raksha —Esta vez lo haremos todas juntas, lo haremos bien. —Coloca las manos sobre los hombros de Vesta —Esta vez, no fallaremos.

Raksha hace crecer gruesas enredaderas bajo las patas de Borkoff, quien es rápidamente atrapado e inmovilizado.

—¡¿Dejarás que lo vuelva a hacer?! —se dirige a Borja —¡¿Dejarás que vuelva a encerrarnos en esta jaula?! ¡Solo recuerda a la otra bruja que nos dijo que se quedaría a nuestro lado!

—Rynna...

—¡Nacimos para destruir a la humanidad, no para protegerla ni ser encerrados! ¡Somos el demonio de demonios! ¡Somos la Calamidad de la humanidad!

Las brujas miran a los demonios. Al parecer, las palabras de Borkoff los han puesto a pensar sobre la situación, en especial a Borja, que de un momento a otro clava la mirada en la joven. ¿Qué está pasando por su cabeza en este momento?

—¿Borja?

El bosque de los demonios (2): Fuera Del BosqueDonde viven las historias. Descúbrelo ahora