Capítulo 7

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Durante el camino, Vesta permanece dormida en los brazos de sus supuesto padre. Al menos ahora tenía algo menos de que preocuparse. Al menos ahora sabía su nombre.

— Tú descansa, mi pequeño tesoro. — dice el hombre mientras acomoda a Vesta entre sus brazos — por la mañana verás nuestro hogar. O más bien, el que hubiéramos tenido si ella no se hubiera fijado en ese inmundo humano... — Mika mira a su amo con leve nerviosismo al notar esa mirada levemente colérica ante el recuerdo.

...

En el bosque Raksha se concentra en encontrar las memorias del árbol. Pero no lo consigue. Algo logra nublar el recuerdo de ese momento, evitando enseñarle un rostro.

— Sólo por eso sé que fuiste tú — murmura — Pero no me subestimes, Stolas. De una forma u otra te encontraré.

— ¿Tienes algo? — aparece Remena.

— Nada aún. — Remena nota algo en su hermana.

— Algo sabes, Raksha. Sabes con seguridad quién pudo haber hecho algo como esto.

— Sí; pero dudo que quieras volver a oír de quien se trata. — Remena se queda en silencio — No te engañes, hermana. Sabes tan bien como yo de qué va todo esto.

— Yo...

— ¡¿Hasta cuándo seguirás defendiéndolo?! — Remena desvía la mirada — Admite que ese hombre nunca fue para ti. Ese hombre no quiere a nadie, Remena.

— Rynna...

— Rynna sabía lo que quería en realidad.

— Él estaba enamorado de ella...

— Y tú de él. Pero siempre fuiste tonta ante el amor, Remena. Incluso nuestra hermana menor sabía que no se podía tratar con ese hombre. Sabía que él...

Raksha guarda silencio dejando a Remena completamente desconcertada. Parece haberse dado cuenta de algo.

— Sabía que él quería lo que ella más amaba. — Remena comprende lo que dice — Quiere el poder de Rynna, de Vesta.

— Quiere al demonio...

Raksha aparta a Remena para formar dos círculos de enredaderas en las que hace que su hermana llene con agua, creando una especie de ventana.

— Muéstrame — ordena haciendo que ambas ventanas le muestren dos lugares diferentes.

— ¿Ese es...?

En la primera ventana, ambas hermanas ven a través de los ojos de Gob. Ven a Borja, a un simple lobo que parece vagar inmerso en sus pensamientos mientras repite una única palabra.

Vesta... — lo escuchan decir.

— Debemos encontrarla cuanto antes — dice Raksha.

— Mira — Remena le señala la segunda ventana.

— Ese par no es de mucha ayuda.

En otro lugar, Lanch y Lonch permanecen viajando a toda velocidad convertidos en sombra, pasando por cada villa, ciudad y pueblo causando estragos y aterrando a los habitantes como si fuera el juego más divertido del mundo. Y cómo no serlo, para un par de demonios de un origen infantil, las travesuras eran lo suyo; y ahora que eran relativamente libres, no iban a dejar pasar la oportunidad.

— ¡Ustedes dos! — Raksha llama la atención de los demonios. De todos.

¡¿Pero qué?! — dice Lonch.

— ¿La bruja nos está hablando? — dice Lanch.

— ¡Déjense de juegos o los haré volver!

Descuida, bruja — ríe Lonch — estamos buscando a Vesta...

— A nuestra manera, claro — ambos estallan en risas.

— Tú — se refiere a Gob. — ¿Qué está pasando ahí?

No mucho realmente. — dice con desinterés — Pero es extraño verlo de esa manera tan...

— Deprimido — dice Raksha.

— Nunca había visto a un demonio comportarse de ese modo — Dice Remena. — Ni mucho menos a él.

— Está confundido sobre cuál su propósito.

— ¿Confundido?

— Borja es un demonio con libre albedrío. Nació del deseo de venganza. Pero, al llegar Vesta, su interior comenzó a calmarse. Vesta cambió su propósito.

— Una de las almas que el demonio posee es el alma del padre de esa niña. Al calmarse el infierno en su interior, la única alma que no está corrompida tomó control de este.

— Por eso Stolas la amaba... — dice Remena.

— Rynna era la única capaz de apaciguar la ira de un demonio.

— Stolas quiere el poder de Vesta para controlar al demonio. Él quiere controlarlos a todos.

...

Stolas quiere el poder de Vesta para controlar al demonio. Él quiere controlarlos a todos.

Aquellas palabras llegaron a oídos de Borja, quien no hizo más que detenerse y empezar a gruñir.

— Oye...

— Stolas... — vagos recuerdos de antaño invaden la mente de Borja, haciendo que su ya inestable mente parezca confundirse cada vez más. — Rynna...

La gélida brisa invernal hace temblar al lobo, llevándolo a un momento vivido ya hace varios siglos atrás.

— Hace frío... Rynna... ¿Dónde estás?

El bosque de los demonios (2): Fuera Del BosqueDonde viven las historias. Descúbrelo ahora