Capítulo 3

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Nadie. En siglos habría creído que algo como eso ocurriría algún día.

No hubo tiempo de reaccionar. No hubo tiempo de escapar o de ver qué fue lo que pasó.

Al ver su mano fuera del bosque, Borja no lo piensa dos veces y sale del bosque.

La sed de venganza y el extraño y desconocido sentimiento que le provocaba el no encontrar a Vesta por ningún lado, acaban por cegar al demonio. Haciendo que se sumerja en el deseo de lograr su más grande ambición.

Acabar con la humanidad.

Borja no tarda absolutamente nada en llegar a la ciudad. Pocos logran ver a la enorme bestia que se avecina a ellos.

Al llegar, Borja destroza todo a su paso, asesinando a cada ser humano que se le cruza en el camino. Los gritos son callados en cuestión de segundos hasta que el silencio se apodera del lugar. Un silencio sepulcral, que solamente es roto por la constante respiración del demonio, que no hace más que mirar la devastación a su alrededor, sintiendo el sabor metálico de la sangre de muchos caer por su boca.

— ¿Dónde está...? — algo en su interior comienza a doler. Le duele esa soledad que nunca había sentido a pesar de su edad. Le duele no poder dar con su cría. Mira por última vez la destrozada ciudad y los cadáveres — Nunca es suficiente...

— Pero nunca dejarás de intentar hacer que lo sea ¿verdad? — Borja voltea buscando a la dueña de aquella voz — ¿Porqué estás afuera? ¡¿Qué pasó con Vesta?!

— No está... — dice el demonio.

— ¡Raksha! — llega Remena, quien se detiene al ver la escena — Vesta desapareció.

— ¿Qué? — la mira desconcertada.

— ¡No está, Raksha! ¡Alguien se la llevó!

Al oír esas palabras, el interior de Borja se vuelve a encender en un estallido de ira.

— ¡Borja! — grita Raksha; pero ya es tarde. El demonio toma una dirección cualquiera y sale corriendo, alejándose cada vez más del bosque.

— ¿Qué hacemos ahora? — Preguntó Remena. — Sin Vesta, el bosque se marchitará. Y ese demonio no descansará hasta verlos a todos muertos.

— Nosotras no podemos detener al demonio. No somos Rynna. — mira a Remena — Tenemos que descubrir qué fue lo que pasó con Vesta. Tenemos que encontrarla.

...

En Cántaro, la chica sin historia mantiene una conversación con el hombre cuya amabilidad la hace ganarse su confianza.

— ¿Descansaste bie? — dice con una amigable sonrisa. — ¿No haz logrado recordar nada?

— No.

— ¿Familia? — la chica bajo la mirada y niega con la cabeza

— No sé qué debería hacer. No sé si tengo un padre, una madre, hermanos... O amigos... — Jack se acerca a la chica y pone su mano sobre su cabeza.

— Descuida. Ya llegará el momento en el que recordarás todo. No desesperes ¿está bien? — la chica asiente en silencio — Pero bueno ¿quieres ir conmigo?

— ¿A dónde?

— Al mercado, así podrás conocer un poco el lugar, y podrás respirar un poco de aire fresco. Y también podemos comprar algo de fruta y carne.

— Está bien — El hombre la mira extrañado cuando camina hacia la puerta — ¿Segura que no quieres un abrigo? estamos a principios de invierno y afuera está helando bastante.

— Es extraño; pero no siento frío alguno.

Al salir, la chica y el hombre se dirigen al mercado de la ciudad. Ver tanta gente reunida en un mismo lugar hace que la chica se sienta algo nerviosa ¿Por qué se siente así? ¿Por qué siente ese "miedo"?

— ¿Estás bien? — pregunta Jack al notar su expresión mientras mira a la gente — oye — la joven lo miró.

— Sí, es solo que... Me abruma ver tantos humanos juntos...

— ¿"Humanos"? — le parece raro que utilice ese término.

— ¿No es lo que son?

— Bueno, sí. Pero, es extraño que lo digas así. Hace que parezca que vivías con otra clase de criaturas — ríe — Anda ven.

— ¿Sientes eso? — pregunta la chica al permanecer completamente quieta en el lugar.

La tierra comienza a temblar de forma suave; pero eso no quita el hecho de que, para extrañeza de todos, está temblando. 

— Es muy extraño — dice Jack — No suele temblar por estos lugares.

Aquel breve movimiento consigue revolver un poco la memoria de la joven. No logra ver a nadie ni oír voces como en aquel sueño que tuvo. Solo tiene el recuerdo de que era feliz en alguna parte, con alguien cuyo rostro aun desconoce.

Era feliz. Pero ¿dónde? ¿Con quién?

Mantuvo esa duda en su cabeza el resto del día.

El bosque de los demonios (2): Fuera Del BosqueDonde viven las historias. Descúbrelo ahora