Capítulo 19

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En su mente, Vesta recorre el helado bosque sin entender lo que pasa. Puede sentir el frío recorrer todo su cuerpo.

—¡¿Hola?! —Pregunta viendo su propio aliento congelado. —¿Dónde estoy? Hace mucho frío.

—Recuerda, cariño —Escucha una voz femenina; pero no consigue encontrar a nadie.

—¿Por qué no me tienes miedo? —Vuelve a oír esa voz que la hace temblar. Pero ¿Por qué le parece tan familiar aquella pregunta?

Un extraño dolor de cabeza se hace presente al mismo tiempo que logra ver a aquel demonio parado frente a ¿Ella?

Vesta observa cómo "ella" se acerca al demonio con toda confianza siendo tan pequeña, al igual que observa que aquel demonio la levanta para abrigarla y llevársela.

—Él me ayudó...

Sigue al demonio hasta llegar a una cueva y oye la conversación. Luego ve entrar a Lanch y Lonch a la cueva para inspeccionarla y asustarla un poco.

—¿Qué está...? —Otro dolor de cabeza la obliga a retorcerse un poco cerrando los ojos con fuerza. Al abrirlos, parece estar en otro lugar —¿Dónde?

—Es la única regla —Oye la voz del demonio —Ve a donde quieras en el bosque; pero no te acerques al muro ¿me oíste? Si estás en problemas y estás fuera, no podré ayudarte —Se ve a sí misma asintiendo emocionada antes de abalanzarse sobre él para abrazarlo, causando que el demonio se tensara —Suficiente —Dice evidentemente incómodo —Ya vete. No llegues tarde.

—No lo haré... —Musita al mismo tiempo que su otra yo responde lo mismo. ¿Cómo supo eso?

—El demonio te crió —Una mujer vestida de negro se posa junto a ella —Borja te acogió a pesar de ser el demonio más peligroso del mundo.

—Tú eres... —Vesta la reconoce de inmediato —Mamá...

—Has crecido tanto, mi pequeña Vesta. Pero tienes que recordarlos.

—¿A quienes? No lo entiendo.

—Tienes que recordarlo a él —Señala a Borja —En este momento se encuentra en grave peligro al igual que tus tías.

—¿Tías? ¿Peligro? —La mujer solo sonríe.

—El brujo del engaño ha tomado el poder que yo te di  hace mucho tiempo atrás.

Un grito desgarrador llama la atención de Vesta. El grito de ella misma a lo lejos.

—¿Qué pasa? ¿Soy yo quien grita? —Decide buscarse y ver la razón del grito —¿Qué es esto? —Mira sorprendida y aterrada la escena que tiene en frente —¿Ese es...? ¿Por qué?

Vesta observa al demonio clavado a un árbol por una espada. Se ve a ella misma arrodillada frente a él sin saber qué hacer para ayudarlo, sin dejar de llorar a gritos ¿Por qué aquella reacción? 

Entonces, solo le basta con ver una acción en ese momento para comenzar a sentir que su memoria comienza a liberarse. Ve cómo la otra Vesta toma la mano del demonio para llevarla a su rostro mientras dice algunas palabras que no logra oír; pero que sabe cuales son. En cuanto se marcha. Vesta se acerca al demonio y toma su mano para hacer lo mismo.

—Está frío; pero es agradable —Su pecho parece haberse aligerado y su cabeza deja de doler —Borja... —Deja salir unas lágrimas —¿Cómo pude olvidarte? —Vesta voltea a ver a su madre luego de soltar la mano del demonio —Yo... liberé a Borja de este lugar —Dice casi segura —Mis tías. Raksha, Remena y Ryuka me ayudaron a... —Abre los ojos lo más que puede —¡Tengo que ir al centro del bosque!

Estás en tu mente. Puedes ir a donde tú quieras, mi niña.

...

Mientras Vesta intenta desenredar los nudos en su memoria, no muy lejos de donde se encuentra, Stolas se divierte descubriendo a las brujas que intentaron inútilmente ocultar al demonio.

—Buen intento, mi bello retoño —Dice Stolas con superioridad —Pero yo soy el brujo del engaño. No hay truco que yo no conozca —Con su magia, convierte uno de sus dedos en una fina garra con la cual corta sin esfuerzo la liana. —Aquí está ese maravilloso y formidable monstruo.

—No te acerques, Stolas —Se interpone Raksha —Deja al demonio —El brujo ríe.

—¿Ahora estás del lado de estas criaturas? Me sorprende de ti, retoño mío ¿Que no era Rynna la única que abogaba por ellos? —Raksha sonríe desconcertando al brujo.

—Fue Rynna quien nos encargó protegerlo.

—Mi bella flor murió hace mucho tiempo, querida. Fue una verdadera pena saber que había muerto mientras la perseguía. Era muy talentosa; y hasta el día de hoy, no entiendo cómo hizo para ocultar a esa niña mestiza de mí. Debo decir que me engañó haciéndome creer que ambas habían muerto.

Raksha mira al brujo completamente desconcertada ¿A caso Rynna y Vesta llegaron al bosque de los demonios para huir de Stolas?

El bosque de los demonios (2): Fuera Del BosqueDonde viven las historias. Descúbrelo ahora