Namjoon y Jimin construyeron un lindo hogar hace diez años, en él crecieron lindos cachorritos.
Jimin está satisfecho con lo que tiene pero Namjoon está aburrido del mismo estilo de vida así que decide cambiarlo, aunque esto afecte a su familia.
Uni...
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¿Yoongi? Se preguntaba Jimin.
No podía ser posible, Jaebeom no tenía oportunidad con él, Hoseok y Yoongi se amaban mucho, además, eran predestinados. Beom estaba en una pelea que jamás ganaría.
Debía decírselo ¿Verdad?.
— ¿Qué piensas, mamá?— preguntó Jin, sacándolo de su pequeño trance.
— ¿Qué?— preguntó Jimin— Oh, nada, nada, cielo— se apresuró a decir.
— No te creo— dijo Jin.
— ¿Por qué lo dices?— preguntó un poco nervioso.
— Hace un rato que metiste la cuchara en el vaso de agua y comes la sopa con el tenedor— respondió el pequeño alfa de forma acusadora.
Jimin bajó la vista y efectivamente, la cuchara estaba en el vaso y tenía el tenedor en su mano. Se sonrojó levemente, tomó su plato, vaso y cubiertos y los llevó al lavabo.
— ¿Papi no viene hoy?— preguntó inocentemente Jungkook.
— Jungkook, dijimos que nadie mencionaría a papá— lo regañó Jin.
Jungkook escondió su cara por la vergüenza, lo había olvidado.
— Papi vendrá a verte pronto, amor— respondió Jimin de forma suave.
Se oyó el timbre.
— Iré a ver— dijo Jin, pero Jimin lo detuvo.
— Come, iré yo— dijo, dándole una tierna sonrisa.
Salió de la cocina y se dirigió a la puerta y la abrió. Se quedó perplejo al ver quien era. Era su Madre.
— ¿Te quedarás ahí parado como idiota?— dijo la señora Park.
Esas eran las primeras palabras que oía de su madre después de tres años sin verla.
Se hizo a un lado dejando pasar a su madre.
Cerró la puerta sin decir nada. No podía mentir. Estaba asustado.
Siempre que veía a su madre Namjoon estaba con él, tomándole la mano y diciéndole "Todo va a estar bien ¿Confías en mi?" pero ahora debía aprender a enfrentar a su madre él solo.
Miró a Jin que se encontraba parado en el marco de la puerta de la cocina, observaba detenidamente toda la escena.
— Eres idiota ¿No piensas ofrecerle algo a tu madre?— dijo la señora, sentada en el sofá.
Jimin no dijo nada, solo se dirigió a la cocina. Sus manos sudaban abundantemente, sus piernas temblaban.
— Tranquilo, mamá— le dijo Jin, tomándole la mano para tranquilizarlo— todo va a estar bien ¿Si?— le dijo, mirándolo tiernamente.
