Namjoon y Jimin construyeron un lindo hogar hace diez años, en él crecieron lindos cachorritos.
Jimin está satisfecho con lo que tiene pero Namjoon está aburrido del mismo estilo de vida así que decide cambiarlo, aunque esto afecte a su familia.
Uni...
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Una vez acostados, Namjoon intentó pasar su brazo por encima del torso de Jimin, pero éste lo apartó de un manotazo.
— ¿Qué mierda haces? —se levantó de la cama, totalmente molesto.
—Jimin, por favor, pasamos más de nueve años juntos... No me rechaces así —pidió, completamente afligido.
—No malinterpretes esto, tu y yo estamos oficialmente divorciados. No tengo la obligación de cumplir tus caprichos de alfa y restaurar tu ego —salió de la habitación con el mayor detrás suyo.
—Jimin, por favor —suplicaba con la voz rota.
—No me vas a manipular, Namjoon. Estoy hasta la mierda de cumplir tus absurdos caprichos, de tratarte con delicadeza para no herir tu ego de alfa —se volteó a él, encarandolo.
—Sólo quiero que volvamos a ser los de antes, Mimi, antes de que Taehyung y Jaebeom entrarán a nuestras vidas... —explicó, provocando una carcajada del omega.
—Ah ¿Te refieres a cuando era manipulado, golpeado y humillado por mi madre?
—Sabes a lo que me refiero
—Estoy harto, Namjoon, harto de que me veas con tanta posesividad —admitió finalmente —yo, yo creí que estaba contigo porque te amaba, pero me di cuenta de que había algo más...
— ¿De qué hablas, Jimin? —preguntó totalmente confundido por las palabras del omega.
—Quería que estuvieras orgulloso de mí, quería que me dieras ese amor paternal que tanto me faltó desde que mi papá murió, estaba buscando ese refugio y sólo tú me lo podías dar. Por eso te soporté todo, pero ya no puedo, ya no quiero —salió finalmente del departamento, dejando peor de lo que estaba el alfa.
Jimin soltó a llorar una vez fuera, lo había sacado finalmente. No estaba orgulloso, pero se sentía liberado.
Bajó al estacionamiento y buscó el auto de Jaebeom, lo había tomado prestado así que debía volver. Salió del aparcamiento y se dirigió a su edificio.
Por alguna razón no se sentía culpable, no sentía lástima por Namjoon ni nada. Sólo quería volver a los brazos de aquel alfa que lo quería tanto, volver con sus cachorros y ser feliz, justo como deseaba antes de que toda su vida se fuera al carajo.
Entró al estacionamiento de su edificio y estacionó el auto, subió por el ascensor hasta el piso de Jaebeom y tocó la puerta una vez llegó. No tardaron nada en abrirle, demostrándole que él lo estaba esperando.
Apenas abrió se lanzó a los brazos del alfa, llorando.
— ¿Jimin? —preguntó el alfa sorprendido por la repentina muestra de afecto.
—Me gustas, Jaebeom, me gustas —sollozó en el hombro del alfa.
Aquel no respondió, estaba dolido por la llamada, no quería sacar conclusiones apresuradas, pero el que Namjoon le respondiera le había empeorado la noche. Jimin se separó después de unos segundos, notando el rechazo del alfa.
