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Luego de al menos veinte minutos llegaron al edificio

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Luego de al menos veinte minutos llegaron al edificio. Era enorme y parecía muy caro, Jimin dudó si la mejor opción era mudarse y no renovar el contrato.

Jaebeom le había dicho que el costo de la renta era bajo, al rededor de un millón de won cada seis meses, pero este edificio parecía tan lujoso que dudaba que Jaebeom le dijera la verdad.

— Es lindo ¿No?— dijo Jaebeom mientras cargaba dos cajas grandes.

— Dudo que solo quieran un millón de won de alquiler, Beomssi— le gustaba llamarlo por ese apodo, pero claro, siempre lo había hecho sin mencionarlo. Era la primera vez que Jaebeom escuchaba el apodo de los labios de Jimin.

— ¿Beomssi?— lo miró con una sonrisa ladina— suena lindo si tú lo dices— le guiñó un ojo y se adentró al edificio.

Jungkook y Seokjin estaban embobados observando el lugar. Parecía que la baba se les caería de la impresión.

— ¿Aquí viviremos?— preguntó Seokjin cuando salió de su pequeño trance. Se veía tan lindo, había abierto sus ojos de la impresión.

— Parece que si, Jinie— le dedicó una sonrisa cálida— entremos, Jaebeom nos dejó afuera— se acercó a Jungkook y lo ayudó a salir de su embelesamiento.

Los tres caminaron hacia la puerta del edificio, Jimin la abrió con precaución, pues ésta era de vidrio y temía que se rompiera. Dejó pasar a sus pequeños, lo primero que vio fue la recepción. Una linda mujer estaba del otro lado del mostrador. Jaebeom se encontraba hablando con ella. A juzgar por su olor, algodón de azúcar, podía saber que era una omega.

Después de unos minutos, Jaebeom los llamó a que se acercaran. Así lo hicieron. Jungkook era tan bajito que tuvo que pararse de puntillas, sostenerse del mostrador y levantar la cabeza para ver algo. Seokjin era unos centímetros más grande que su hermano, así que sólo tuvo que alzar un poco la cabeza para ver. Jimin era unos cinco centímetros menor que Jaebeom, así que podía ver claramente.

— Necesito su identificación, señor— pidió la omega.

Jimin sacó una pequeña cartera dorada de su pantalón, sacó la identificación y se la entregó a la mujer.

— ¿Casado?— preguntó después de devolverle su identificación y escribir algunas cosas en su computador.

— Uhm...— dudó que decir— si...

— Nombre de su pareja— pidió una vez más la mujer.

— Kim​ Namjoon— aunque no quisiera admitirlo, Namjoon seguía siendo su Alfa. A pesar de que la marca ya estaba desapareciendo el lazo seguía ahí, con menos intensidad, pero ahí estaba. Además, el divorcio aún no concluía.

— Muy bien, señor Kim,​ está es la tarjeta de su habitación— le entregó una tarjeta negra, en letras doradas decía "Habitación 234, piso cuatro"— pagará diez-

Posdata: Te amo || Nammin || COMPLETADonde viven las historias. Descúbrelo ahora