En algún lugar de la bella ciudad de Busan vivían Jimin y su familia. Si bien, era una familia bastante normal, según las palabras de Jimin, pues él disfrutaba la compañía de su esposo y de sus dos hijos. Se consideraba afortunado por tener un alfa que no lo sometía y que tomaba en cuenta su opinión. Namjoon era el alfa perfecto que cualquier omega desearía.
Su hogar era tranquilo, o al menos la mayoría de las veces. Ahora sus pequeños eran más grandes y, por lo tanto, había ruido casi a todas horas.
— ¡Seokjin, regrésale eso a Kookie! —gritó algo irritado el omega.
— ¡Pero papá! —se quejó el pequeño de nueve años. El travieso Jungkook le mostró su lengua en son de burla.
—Jungkook, te estoy viendo a ti también —advirtió Jimin.
—Lo lamento, papi —se disculpó el pequeño de seis años.
Jimin tenía tres meses de embarazo, su esposo, Namjoon, tenía la esperanza de que fuera otro alfa pues eso traería una mejor calidad de vida para la familia.
Cuando tenía dieciséis años, tuvo que casarse con Kim Namjoon, un chico de diecinueve años, que alrededor de un año estuvo cortejando a su omega para unir su lazo. A los diecisiete años, Jimin tuvo su primer cachorro al que puso por nombre Kim Seokjin, para buena suerte de la familia, al cumplir los cinco años, se presentó como alfa. Tres años después del nacimiento de su primer cachorro, tuvieron un segundo bebé, al que pusieron por nombre Jungkook, quien hace un año, también se presentó como alfa.
El simple hecho de que ambos cachorros fueran alfas hizo que Namjoon tuviera un mejor puesto de trabajo, permitiendo darle un buen hogar a Jimin y sus cachorros en la bella ciudad de Busan.
Namjoon, no conforme con esto, decidió que preñar una vez más a su omega traería más beneficio a la familia. Claro, siempre y cuando el cachorro fuera un alfa.
***
—Volví... —anunció Namjoon con cansancio una vez entró a casa.
— ¡Papi! —gritó muy alegre Jin mientras corría hacía su padre.
—Papi, Soyin me estuvo molestando mucho —acusó Kook. Al pequeño se le dificultaban algunas pronunciaciones a pesar de que ya tenía seis años.
Namjoon alzó en brazos al pequeño Kook mientras Jin se aferraba a sus pies.
—Jin, bebé, ya habíamos hablado de esto... —le regañó su padre, con voz suave.
—Es que papá... ¡Jungkook no quiere prestarme sus juguetes! —se defendió Jin. El alfa mayor suspiró cansado, bajó Kook y aventó el maletín al sofá.
— ¿Dónde está papá? — preguntó, dirigiéndose a la cocina.
—Está en la cocina, estaba esperándote... —habló Jin, peleando con Jungkook sobre quien jugaría con Iron Man. Namjoon caminó con pereza a la cocina, entró desatando el nudo de su corbata.
— ¡Oh! creí que llegarías más tarde —respondió el omega al notar la presencia de su marido.
—Pude salir antes, los inversionistas japoneses no llegaron a la reunión, la pospusieron para mañana —tomó asiento en una de las sillas del comedor, mirando con cuidado las acciones de su pareja.
—Oh... supongo que no debo esperarte a cenar — respondió el omega un tanto triste mientras seguía lavando los platos en el fregadero.
—Me temo que no... —contestó el mayor —, pero después tendré que irme de viaje a Seúl, necesito ir a un viaje de negocios, seguramente los ingleses aceptaran esta vez, así que debo mostrarles la mejor ciudad de Corea...
—Pero, recién llegaste de un viaje, Joon... —la confusión y decepción era clara en el rostro de Jimin.
—Cariño, el simple hecho de que los ingleses se interesaran en nuestra inversión es muy importante —explicó Namjoon— Jiminie, es una gran oportunidad...
—Entiendo...—se dio por vencido, últimamente su marido estaba distante.
Namjoon se iba de viaje todos los fines de semana, seguramente las cosas en la empresa iban demasiado bien. Aunque todo esto se le hacía demasiado raro a Jimin, pues su esposo no le contaba que pasaba después con los inversionistas. Decidió no prestarle atención a eso pues, confiaba ciegamente en su esposo.
—Ven aquí —el omega no pudo evitar emocionarse, así que sin dudar se acercó — ¿Qué tal se porta nuestro cachorrito? —preguntó el alfa mientras acariciaba la barriga del menor. Al parecer el cachorro era lo único que le interesaba.
—Ha estado tranquilo, casi no me ha pateado hoy —Jimin sonrió alegremente, aunque siendo sincero, desearía que se preocupara de la misma manera por él.
—Entonces iré a darme una ducha, estoy bastante agotado —dijo el más alto levantándose de la silla para salir con dirección a su habitación.
Jimin, al ver que su esposo había salido completamente de la cocina,suspiró con pesar. Sería otro largo fin de semana sin su esposo.
Bueno, los próximos capítulos serán cortos. Al menos hasta que empiece lo bueno. Trataré de actualizar todos los domingos mientras no entre a la escuela.
Bueno, me despido, hasta el otro domingo. Chauuuu. <3
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Posdata: Te amo || Nammin || COMPLETA
FanfictionNamjoon y Jimin construyeron un lindo hogar hace diez años, en él crecieron lindos cachorritos. Jimin está satisfecho con lo que tiene pero Namjoon está aburrido del mismo estilo de vida así que decide cambiarlo, aunque esto afecte a su familia. Uni...