Namjoon y Jimin construyeron un lindo hogar hace diez años, en él crecieron lindos cachorritos.
Jimin está satisfecho con lo que tiene pero Namjoon está aburrido del mismo estilo de vida así que decide cambiarlo, aunque esto afecte a su familia.
Uni...
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Jimin estaba confundido, desconocía a su esposo.
—Seguiré yendo con Chan, me gusta como lleva mi embarazo —respondió Jimin, después de algunos minutos de silencio.
—Jimin, soy tu alfa, debes obedecer— dijo Namjoon, mirando al frente de la carretera.
—Yo sé lo que es mejor para nuestro cachorro —respondió Jimin, comenzando a enfadarse.
—Jimin, no iniciemos una pelea, lo único que tienes que hacer es lo que tu alfa pida —trataba de evitar alguna discusión con su marido.
— ¿Y si no es alfa? —preguntó el menor.
—Es alfa, lo sé —respondió Namjoon, inseguro.
—Esa no fue mi pregunta Namjoon —lo miró fijamente —si nuestro cachorro no es alfa... ¿Lo vas a amar tanto como yo le amo?
Namjoon no había pensado eso, si el cachorro resultaba omega todo su maldito plan se iría a la mierda. Perdería a Taehyung, no sería ascendido, no podría separarse de Jimin, tendría que vivir con alguien que solo apreciaba y viviría sin el amor de su vida. Según él.
—Pararemos aquí —Namjoon detuvo el auto en un hotel cerca de su casa.
—Dejamos a los niños con la niñera —al omega no le gustaba dejar a sus hijos con otras personas.
—Le hablaré y le diré que cuide a los niños esta noche.
Bajaron del auto, entraron al hotel. Namjoon pidió dos habitaciones, una para él y otra para Jimin.
—Creí que dormiríamos juntos —por el tono que usó, estaba decepcionado.
—Déjame pensar con claridad. No puedo dormir contigo, no quiero lastimarlos —dijo Namjoon, subiendo al cuarto piso, en donde era su habitación.
Jimin lo siguió de lejos, esperaba escuchar lo que le preocupaba a su marido.
— ¿Tae? ¿Ya estás aquí? —decía Namjoon al teléfono.
¿Quién era Tae y por qué hablaba con su marido?
—Recién llegué, bebé —calló por un momento —te espero en el hotel de siempre, te amo —y colgó.
El omega tapó su boca con una mano, después de haber soltado un pequeño chillido.
Te amo... Esa palabra resonaba en la mente de Jimin. Namjoon amaba a alguien más. Había perdido a su esposo.
Volvió a su habitación y marcó al número de Yoongi.
—Yoonie, ven por mi, por favor... —la voz desesperada de el menor alarmó al otro omega.
— Oh bebé ¿Qué pasó? —respondieron.
—Llévame a casa, por favor... —no creía soportar más.
—Ya salgo para allá, bebé, no te alteres, le hará daño al cachorrito —respondió preocupado.
— Ven rápido Yoonie...— colgó y el llanto lo venció.
Él no me ama, él no me ama, él no me ama... se decía una y otra vez.
***
Pasaron diez minutos para que Yoongi llegara.
Namjoon pudo sentir el dolor de Jimin cuando llegó Yoongi, bajó a verlo lo más rápido que pudo y llegó a la habitación, encontrando al otro muy enojado y a su omega destrozado.
— ¿Qué ocurre? —preguntó asustado de que algo le hubiera pasado al cachorro.
—Nada que te importe —respondió Yoongi de manera agresiva.
—Es mi omega, claro que me importa —explicó Namjoon, ofendido.
— ¿Él y cuántos más Kim? —pocas personas podían hacer enfadar a Yoongi, pero Namjoon, esta vez le resultó fácil lograrlo.
Namjoon no supo a que se refería, quedó helado cuando comprendió lo que el lobo de Jimin lloraba.
No me amas, amas a alguien más. Eso es lo que pasa, era lo que lloraba el lobo de Jimin.
Mierda. Jimin lo había escuchado hablar con Taehyung.
Corrió para alcanzar a su omega y pedirle perdón. Eso quería su lobo, buscar el perdón de aquel lindo omega que había dañado, pero había reaccionado demasiado tarde. Yoongi ya se lo había llevado.
***
—Me mintió Yoonie, me mintió...—lloraba el omega.
—Lo sé, amor, lo sé —para Yoon, consolar a la gente no era su fuerte.
Estaba en casa de Yoongi, sabía que si iba a casa tendría que lidiar con sus cachorros y era lo que menos quería.
— Ve por mis cachorros, dile a Hyuna que estoy indispuesto —pidió Jimin.
— ¿Y quién va a cuidarte, cariño? —preguntó Yoongi.
—Ve por los cachorros, yo lo cuidaré —respondió Hoseok.
Yoongi asintió y salió de casa.
—Lamento mucho no habértelo dicho antes, Minie —Hoseok tomó la mano de Jimin y la acercó a su frente —te hice daño, Jimin, perdóname —pidió llorando.
—Tú no tuviste la culpa, Hobi, no pasa nada... —respondió Jimin con una sonrisa sincera. Aunque estaba destrozado por dentro.
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