Criminal [Changlix]

II

Toda la historia será narrada por la escritora.

Rápida e inesperadamente Felix sintió como algo recorría su pierna, despertó y su mejor amiga se encontraba ahí. Se levantó limpiando el rostro, tenía una marca en la mejilla con forma de su boligrafo.

"De nuevo te quedaste dormido trabajando ¿No?", Peyton le miró preocupada y algo triste.

"Si, tengo cosas por hacer y no debo tomar ningún descanso", se levantó apresurado en cuanto miró la hora, estaba odiándose.

"Amigo, no te exijas mucho más de lo no puedes, me preocupas", con un semblante triste se acercó a él.

"No te preocupes, estoy bien", sonrió cansado.

Felix comenzó a recoger papeleo y carpetas, las colocó en su escritorio y se sentó. Es verdad, Peyton tiene toda la razón acerca de que Felix se está exigiendo mucho más de lo que puede. Es un chico de buen corazón, a veces suele pensar que sería de él si no trabajara en lo que es orgullosamente hoy, ¿Sería un chef? ¿Un maestro? ¿Un doctor? ¿Un psicólogo?, es más ¿Por qué no todos a la vez? Si, su trabajo es hacer todo eso pero en uno, y es por eso que eligió ser un detective. Cuenta con un amigo el cual también trabajaba de Australia para Corea, su vuelo llegó y se mudó a Corea, Felix espera con ansias el día en qué su vuelo llegue.

"¿Lograron saber algo de Chan? Desde anoche que no responde el teléfono", dijo Félix preocupado por el teléfono.

"No, tampoco responde, y se llevó dos armas anoche", agregó JiSung a través del teléfono.

"No quiero imaginar nada malo pero me es imposible", limpió su escritorio.

"No te preocupes, ¿Cuándo es tu vuelo? Me enteré que en unos días llegarás acá", sonrió.

"Si, es en dos días", respondió emocionado.

"Oh, no puede ser, ¡No puedo esperar para verte en persona!", JiSung se alegró mucho.

"Lo sé, por fin nos conoceremos", dijo.

"Espero que cuando llegues no hagas ni des trabajo", se preocupó.

"Si, todos me dicen que descanse cuando llegue", bajó su sonrisa.

"Deberías obedecer, no te exijas mucho", le sugirió.

"Si... Bueno, si encuentras a Chan por favor dile que me llame, tengo que hablar con él", se sentó en su escritorio.

"Por supuesto. Cuídate mucho ¡Nos vemos!", colgó.

"Vaya, enserio debo tomar en cuenta sus-" una llamada le entró. "Oh, hola Chan", sonrió.

"Hola ¿Cómo te va?", intentó calmarse, no es nada fácil hablar con una arma apuntándote.

"Me va genial, aún no conozco el rostro de ese mafioso pero planeo hacerlo en cuanto llegue", sonrió. "¿A ti?"

"Bueno..." MinHo pasó su dedo por el gatillo de la pistola con nerviosismo. "Estoy muy bien, si", contestó calmando sus nervios.

"Me alegra mucho, ahm quería hablar contigo cuando llegue", respondió emocionado.

"Esta bien"

"Pregúntale cuando vendrá", susurró Seo detrás del teléfono.

"¿Cuándo vendrás?", cuestionó Chan tragando saliva.

"Es una sorpresa, no te lo diré hasta que esté en el aeropuerto. Adiós te quiero amigo", colgó.

"Mierda, ese chico es bueno", soltó ChangBin molesto.

"Oh no, algo le sucedió a Chan, él nunca es tan cortante conmigo y siempre me habla feliz", Lee rastreo el teléfono pero para su pésima y mala suerte estos lo apagaron. "Definitivamente algo le pasa a Chan", Felix mordió su bolígrafo pensando en que hacer. "Seguro lo tiene ese mafioso", se recostó en el escritorio quedándose torpemente dormido.

"Hijo, te traje fruta picada", entró sin tocar mirando como su pequeño dormía plácidamente en el escritorio. "Ten dulces sueños", añadió y salió.

ChangBin es en realidad alguien de muy buen corazón, pero cuando lo lastiman se lo toma muy, muy enserio. Aunque la persona estaba bromeando le hiere como si lo dijera en verdad.

Ahora él se encuentra dormido en su habitación, luego de haber llegado de hacerse un nuevo tatuaje, normalmente se da un baño luego de hacerlo pero esta vez le dió sueño y durmió.

El sol bajaba hasta indicar la noche la cual ya se acercaba. MinHo comenzó a dudar sobre ChangBin, más que dudar era una preocupación, ya que pudo haber sido que las chicas lo drogaran, como buen amigo que es entró a su habitación y lo movió tratando de despertarlo, ChangBin se enfadó por eso y despertó.

"¿Qué mierda quieres?", habló molesto con los ojos cerrados y una gruesa voz.

"Oye, sólo vine a ver porque dormiste tan temprano, creí que te habían drogado las chicas o algo así", soltó MinHo.

"No, no estoy drogado ¿Lo ves?", dijo con obviedad.

"Si, ya me di cuenta", respondió sin humor.

"¿Dónde está ese chico?", limpió su rostro.

"¿Chan?", cuestionó MinHo.

"Si, ese mismo", respondió. "¿Dónde está?", se colocó su camisa.

"Esta sentado con el bobo de HyunJin", soltó.

"Oye, cuidado, HyunJin es el mejor en cuestión de-" MinHo le interrumpió.

"¿Imagen?", respondió con asco.

"No, idiota, hablo de que no tiene piedad y sólo dispara", abotonó su camisa.

"¿Qué hay de mí? Tampoco tengo piedad", miró disgustado a Seo.

"Si, pero cierras los ojos a la hora de disparar", salió camino a la sala.

"Pero al menos disfruto", ChangBin lo interrumpió.

"No lo digas, ya entendí", dijo sabiendo a lo que se refería.

"Oh ChangBin", HyunJin se levantó.

"Está bien, siéntate", sonrió.

ChangBin se sentó alado de HyunJin y MinHo alado de Chan.

"¿De qué hablan?", cuestionó Seo.

"Nada en especial, es raro ver a alguien de la fiscalía aquí ", respondió Hyunjin.

Todos se quedaron conversando hasta que estos se cansaron. La confianza llegó rápidamente a Chan quien se aferraba a ella de un dedo.