Criminal [Changlix]

XVIII

Toda la historia será narrada por la escritora.

MinHo y Chan ya estaban en casa a eso de las 10:00, Chan estaba agotado así que por petición de su esposo durmió toda la mañana. La semana se pasó tan rápido para ambos notando como su pequeño cada vez se acostumbraba más a su compañía.

Felix estaba poniéndose lubricante para sus estrías que vaya que habían desaparecido, era un tratamiento bastante costoso que su esposo le había regalado hace unas semanas. "Hola, solecito", besó su frente sentándose a la orilla de la cama.

"Hola", sonrió. Con nueve meses de embarazo sus contracciones comenzaban, al principio no eran dolorosas pero ahora hasta sus piernas se doblaban a sentirlas.

"¿Has tenido alguna contracción?", pregunta.

"Hace", miró su reloj, era uno bastante discreto y elegante. "Diez minutos", ChangBin fue a él ayudándolo a sentarse, la otra contracción estaba cerca.

"Es muy doloroso ¿No?", le tomó la mano brindando apoyo.

"Si, pero puedo con ello", hizo una mueca sobando su pancita con dolor. 

"Yo sé que si, eres muy fuerte", le dolía ver a su esposo sufrir de dolor pero no había nada que para hacer y que deje de tenerlo.

La contracción se pasó y pronto bajaron a desayunar, esta vez al patio donde había una sombra que les daba una leve brisa de aire fresco. Felix de verdad ansiaba comer un muffin pero su dolor aumentó mucho más. "ChangBin", cerró los ojos mientras los apretaba.

"¿Qué? ¿Qué tienes?", se preocupó tomándole los ojos.

"Ya viene", y sólo bastaron esas dos palabras para que el peliazul lo llevara al auto que ya tenían preparado para está ocasión, no tardaron ni cinco minutos en llegar y a penas lo hicieron lo apartaron de Felix, ChangBin llamó a su mamá contándole lo sucedido. Las mujeres llegaron en cuestión de segundos.

"¿Dónde está él?", pregunta la señora Lee algo preocupada.

"Está siendo atendido, nos llamarán en unos minutos", calma sentándola en un asiento.

"¿Cómo pasó?"

"Desde la mañana su dolor estaba aumentando", explica a su mamá.

"Esperemos que todo salga bien", pasaron diez minutos y ChangBin fue llamado, caminó por los pasillos mirando el número en la puerta, cuando observó el 3 entró notando a Felix dormido y a los gemelos siendo envueltos en una sábana tan suave y calientita con un gorro.

"Sus hijos están bastante fuertes y saludables, felicidades", el peliazul se puso enfrente de las cunas, sus pequeños lo miraban atentos, la pequeña tenía pecas y sonrisa de ChangBin, su hijo tenía la hermosa sonrisa de Felix y pecas. Eran hermosos y en cuanto le sonrieron con curiosidad él se sintió tan bien, ya era papá.

"Vaya", sonrió sin creerlo, esta era su nueva y perfecta familia. Las mujeres le dieron dos mamilas.

"Es leche de su esposo, si no la aceptan pueden comprarle fórmula", sonrieron y se retiraron.

ChangBin los miró y se acercó tomando a su pequeña para darle la mamila que la aceptó con bastantes ganas, sus movimientos se detuvieron poco a poco hasta quedar dormida, su padre la recostó nuevamente ahora yendo por su pequeño que estaba ansioso. Lo alimentó de la misma manera mas sin embargo su bebé no se durmió. "¿Qué se supone que debo hacer ahora?", pregunta divertido hacia su pequeño.

Felix despertó. "¿ChangBin?", se acomodó mejo limpiando sus ojos.

"¿Estás mejor, solecito?", se acercó aún con su hijo en brazos.

"Algo así", abrió sus ojos sonriendo casi al instante. "No puede ser", su esposo se lo pasó dejándoselo en brazos. "Es tan lindo", acomodó su gorrito celeste.

"La pequeña se quedó dormida a penas la alimenté", muestra el biberón y Felix sonríe. "Cuando entré no dejaban de verme, es como si fueran gatitos y yo una luz", acomodó los cabellos acariciando la mejilla del pelirrubio. 

"Son tan", el pequeño sollozo de la bebé lo interrumpió, el peliazul la tomó en brazos y el pecoso sonrió. 

"Tranquila", la arrulló un poco recibiendo atención de la bebé que le miraba con adoración y curiosidad.

"No mentías, mira, está encantada contigo", sonrió enternecido ante la imagen que su esposo y su hija creaban juntos.

La puerta sonó y sus mamás entraron haciendo un escándalo con todos los costosos regalos y globos, Felix les miró y sonrió enternecido. "No puede ser, mira esa pequeña", la mamá de ChangBin se acercó emocionada dejando la costosa ropa de los gemelos en la mesa de regalos que no tardó en llenarse.

"¿Cómo te encuentras?", pregunta la mamá de Felix mirándolo mientras tomaba su mano.

"Estoy bien", le pasó a su bebé.

"Son muy grandes", aclara la mamá de ChangBin con una sonrisa totalmente encantada. "Hola, mi amor", hace una voz divertida hacia la pequeña.

Luego se varias horas dentro le dieron el alta, a la hora de salir Felix se apoyaba en su pareja mientras ChangBin llevaba a sus dos hijos con una sonrisa, cada que se acercaban miraban flashes, pensaron que eran relámpagos anunciando tormenta pero al salir fue todo lo contrario. Se escucharon gritos por parte de toda la gente.

"¿Qué es esto?", pregunta ChangBin sin creerlo, sus bebés estaban dormidos y le preocupaba que los despertaran.

"No lo sé", dice sorprendido, entre todos esos rostros reconoció compañeros de su trabajo. "De verdad estoy confundido", la pareja se miró.

"Lo estoy aún más", sonrió y contagio al pecoso.

Cuando volvieron a casa trataron de acomodarse muy bien, más que nada ajustarse a sus horarios, ChangBin aseguró no haber dormido en dos semanas debido al cuidado de sus hijos y su esposo que se está recuperando de la cesárea.

En cuestión de catorce días sus pequeños ya conocían la casa y, bueno, los nombres de los gemelos eran nada más y nada menos que Seo YongSun y Seo YongSoo.

ChangBin no tuvo problema al presentarse como nuevo detective en la estación donde fue aceptado rápidamente, Chan regresó a la estación y lo primero que recibió fue una abofetada y un abrazo de JiSung.