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Toda la historia será narrada por la escritora.

Hoy el pelinegro iba a pasar un bonito día con su pareja, de verdad que en Felix encontró todo lo que le hacía falta. Lo amaba y era una de las tres personas por las cuales daría su vida con tan sólo verlos felices, nunca se había sentido así ¿Esto era el amor? Hasta donde él sabe el amor no existe pero suele cuestionarse cuando le muestra amor a su mamá, abuela y a Felix, el amor lo hacía débil, pero también feliz.

Tocó la puerta y el pecoso salió en una linda vestimenta que lo caracterizaba, sonrió en grande a penas lo miró. "Hola", le guiñó sonrojando al pelirrubio que le tomó la mano pasándolo adentro para darle un beso. "Estás hermoso", dijo abrazándolo. "¿Qué hacías?", pregunta mientras caminan hasta la cocina de la mano.

"Gracias", sonrió sonrojado. "Estaba arreglándome un poco ¿Me veo bonito?", pestañó varias veces.

"¿Es broma? Amor, ni siquiera tienes que preguntármelo, sólo mira lo hermoso que te ves", besó su frente.

Estuvieron mirando una película hasta que las pequeñas caricias en la pierna del pecoso aumentaron mucho más. El pelirrubio miró a su mayor, él seguía mirando la tv, lo recorrió con la mirada perdiéndose en su pecho para después bajar y ver la erección a causa de él hace minutos atrás, se mordió un labio y se acercó para besarlo sentándose en su regazo mientras desabrochaba su camisa con pequeños movimientos de cadera en su miembro.

ChangBin estaba en un pequeño trance, pero no se quedó atrás y con sus manos recorriendo toda la espalda del rubio pudo quitarle el suéter y rompió sus shorts con una sola estirada que le dió a estos, Felix rió en medio del jugoso beso que ambos estaban teniendo. Las bragas del rubio hacían que el mayor tuviera tentación y metiera sus dedos traviesos de vez en cuando.

Felix abrió la cremallera del pantalón con urgencia, una vez tuvo la enorme erección ajena en sus manos, se levantó un poco encontrando su entrada, cuando lo hizo le fue imposible gritar, su entrada aún no se acostumbra al enorme tamaño de su pareja. Se sentó con cuidado gimiendo mientras doblaba los dedos de sus pies. Comenzó a moverse cuando ni estaba listo, sus gemidos no eran de placer, eran de dolor y ChangBin los reconoció al instante así que lo detuvo mirándolo a los ojos. "Detente, te estás lastimando, amor", dice y el rubio se aferra a sus hombros dispuesto a durar el tiempo que sea necesario para que su entrada se acostumbre.

Dados los dos minutos, comenzó a moverse en círculos, una gran cantidad de balbuceos salían de su boquita que a veces era comida por el peliazul. "Llévame a la habitación y hazme el amor, por favor", pidió casi en suplica, el miembro de su mayor llegaba casi de inmediato a su dulce punto y lo hacía perder la cordura.

Con petición del bonito, ChangBin se levantó dejando la ropa por el camino, con una prenda mal lanzada el bolso de Felix cayó de la mesa, de él salió su cartera y procedente de esta su identificación. Felix y ChangBin se miraron y rieron nerviosos continuando con lo suyo. 

Lo recostó con cuidado aún sin salir de él, iba a dejar que su amado tomara su tiempo pero le sorprendió cuando sus caderas se movían lentamente lloriqueando del, ahora, placer que sentía. "Espera, cielo", tomó las caderas deteniéndolo, el pecoso recuperó la respiración mirando a quien tenía en frente. "No vayas tan rápido", sonrió. "Tenemos toda la noche, no vayas con prisa", se quitó la camisa que ya estaba desabrochada gracias al pelirrubio que se retorcía con cada pequeño movimiento. Fue hasta el lindo suéter blanco de Felix y lo retiró.

Con los minutos yendo lentamente, el peliazul salió del pecoso, las bragas del menor estaban tan húmedas gracias a su pequeña entrada. Contemplando su vista se acercó al indefenso pecoso y besó sus labios de una manera tan seductora que dejó sin aliento a ambos, se separó lentamente bajando sus besos por su mandíbula y cuello dónde succionaba, lamía y mordía los lugares que más le gustaban.

Luego de torturar al que tenía dos de sus deditos dentro de él pidiendo mucho más, dejó un beso en la frente del pelirrubio y quitó la mano de Felix. "Haces trampa", dice juguetón con una sonrisa de lado aún tomando la muñeca de su mano.

"Te necesito", dice a penas el otro termina su frase. "Por favor", rogó moviendo sus caderas. ChangBin sonrió y soltó la mano con delicadeza llevando la propia a su miembro el cual alineó en la entrada del pecosito e introdujo sin piedad haciendo que el menor arqueé la espalda de una seductora manera.

Estaba totalmente entregado a ChangBin porque hasta ahora era su felicidad y estaba tan enamorado, tan enamorados uno del otro. Lo siguiente que su mayor hizo lo llevó al paraíso corriéndose tres veces agradeciendo el que ChangBin no se detuviera y a pesar de que él ya había eyaculado dentro de Felix continuó una vez el pecosito recibió el líquido.

Pronto salió de él. "En cuatro", ordenó y el pelirrubio no se negó sacándose sus bragas de una vez por todas, la vista era perfecta para el que se mordía el labio pensando en tantas maneras de hacer que su amado pierda la cordura con gritos. Se acercó delineando con sus largos dedos la entrada rojiza del rubio que gimió ante el contacto, sus dedos se introdujeron a penas miraron a Felix distraído.

El pelirrubio sonrió con un pequeño grito de placer, le encantaban todos estos juegos, gimió y jadeó cuando fue necesario porque ChangBin no se detenía, Felix estaba aferrado a las blancas sábanas queriendo, y no, más. De pronto no eran tres dedos dentro de él sino el miembro del peliazul en compañía de ellos. Lo iba a romper.

"¡ChangBin!", gritó y sus brazos flaquearon pero fue fuerte. "¡Ahí!", pidió y cuando fue penetrado con velocidad ambos se corrieron, Felix era un hermoso desastre tratando de recuperarse cuando todo terminó. ChangBin le besó la frente antes de salir de él.

 ChangBin le besó la frente antes de salir de él

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Criminal [Changlix]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora