Criminal [Changlix]

XVI

Toda la historia será narrada por la escritora.

"¿Qué te hace pensarlo?", pregunta con una sonrisa mientras afloja su corbata.

"ChangBin"

"Bueno, si", admite. "Pero antes de que digas algo es su culpa por no saber hacer planes y por amenazarme con matar a mi mamá, le di una sopa de su propio chocolate", sonrió y se trabó cuando miró al pecosito en una bata de dormir con encaje y algo corta.

"¿En serio?", dejó su plato vacío en la mesa en la que quitaba su maquillaje.

"Si..." observó desde las piernas hasta su rostro del que tenía en frente. "¿Qué estás usando?", sonrió curvado.

"Tu mamá me ha obligado a usarlo, dice que se duerme cómodo", sintió aquella mirada comérselo y se apresuró al baño donde no pudo llegar debido a que lo jalaron levemente de la mano.

"¿Vas a decirme algo? Te noto ansioso"

"Ahm", suspiró. "Resulta que..." se acercó hundiendo su cabeza en el gran pecho del frente. "Yo..." la mano que lo levantó ágilmente en el regazo ajeno lo hizo jadear tembloroso. "Le conté", ladeó su cabeza dando un total acceso a su delicioso cuello con olor a perfume. "Hace unos días sobre", gimió al sentir la lengua caliente recorrer su cuello. "Nosotros y viene en camino en un vuelo", ChangBin se separó casi al instante.

"¿Qué?", se preocupó, está siendo bastante peligroso tener a su mamá y abuela ahí. Felix abrió los ojos borrando toda expresión de placer. "¿Por qué no me dijiste antes? Felix, está siendo bastante peligroso que venga", el pelirrubio le miró.

"¿Por qué? ¿Te metiste en problemas?", pregunta.

"Las noticias lo dicen todo", el pecoso se preocupó. "Si, y es por eso que debiste contarme antes, no sé que casa comprar para que me dejen en paz de una vez por todas", suspiró.

"Bájame, tengo náuseas", ChangBin hizo lo ordenado escuchando al pelirrubio en el baño vomitar.

"Haré un pedido ahora, por favor duerme bien", avisó y se fue.

"¿Dónde vas tan tarde?", pregunta su mamá con una mascarilla.

"A hacer un pedido", suspiró. "La mamá de Felix también viene en camino y sabes lo peligroso que está siendo ahora, no quiero que nadie esté en peligro", su mamá sonrió sentándose con él en el primer sofá.

"ChangBin, amor, no necesitas mentirme", dice.

"¿Mentirte?"

"Yo sé que realmente Felix y tú no son pareja", habla con decepción. "Y es una pena es un chico realmente bonito que mereces", Felix estaba escuchando todo desde las escaleras sin ser visto.

"¿De qué hablas, mamá?"

"Exacto, y porque soy tu mamá sé que me mientes", sonrió triste. "¿Qué los llevó a esto? En un principio me contaste lo enamorado que estaban y que pronto se casarían", tomó la mano de su hijo, ChangBin estaba con los ojos brillosos.

"Mamá..." sorbió su nariz.

"Estoy aquí, esa soy yo, lo seré por siempre", Felix se sentó llenando de lágrimas sus ojos.

"Él llegó a Seúl hace un par de meses, cuando lo miré yo quedé encantado con su sonrisa y me acerqué para pedirle el número y estar en contacto. Todo marchaba bien porque me enamoré mucho más de él hasta que hace unos días me enteré de que es el detective Lee", la señora Seo se sorprendió. "Prometí matarlo, pero ahora no sé que hacer con él. Realmente lo amo", Felix limpió sus lágrimas yendo a la habitación para llorar a su gusto con todo el dolor que le causaba aquel suceso.

"Ay, amor", negó abrazándolo, hace mucho que no tenía a su bebé llorando en brazos. "Las cosas siempre suceden por algo", dice sobando la enorme espalda. "Que las cosas hayan sucedido de esa manera no significa que tengas que decirle adiós al amor de tu vida, hablando se entiende la gente. Te puedo asegurar que Felix también está enamorado de ti que te ve con ojos brillantes cada que lo halagas", sonrió. "Sabes que no eres un mafioso, como te llaman", recalca. "Al final de día esto se puede arreglar con palabras", besó la mejilla de su hijo.

Ya más noche ChangBin volvió a la habitación encontrando a Felix dormido abrazado de una almohada, se acercó notando lágrimas secas en su rostro. Se preocupó y lo cubrió con la sábana al notar desnudez en su cintura, se recostó a su lado abrazándolo y respirando su delicioso perfume del cuello. "Lo siento", susurró y Felix abrió sus ojos. "Te extraño", dijo antes de quedarse dormido.

Todo estaba siendo tan difícil para ambos, mostrar odio cuando no lo había les dolía demasiado. La verdad era tan simple. ChangBin no era un criminal y Felix era un detective que sólo quería saber quién era.

Al día siguiente ambos despertaron por el sol, Felix ya no tenía náuseas y hoy estaba dispuesto a ir a esa clase de yoga porque durmió bastante bien y logró liberar estrés.

"¿Ya te vas?", pregunta ChangBin haciendo su corbata, Felix se estremeció asustado.

"Ah, si", sonrió levantando su polera para verse en el espejo y lograr ver algún cambio, no había ni uno sólo y su forma sensual seguía presente.

"No te desanimes, aún faltan dos meses y medio para que ese pequeño crezca", sonrió acercándose un poco para no incomodar.

"De verdad que no puedo esperar", sonrió sobando su pancita. "Mi mamá está en camino", ChangBin asintió.

"Toma, dale esta ubicación. Cuando tú termines tu clase el auto pasará por ustedes y los dejará en ese lugar", explicó.

"¿Conseguiste una casa?", ChangBin asintió. "Gracias, de verdad", sonrió y se fue.

La clase de hoy estuvo muy buena, habían personas que no dudaron en acercarse al pelirrubio por su fortuna. El resto del día durmió y cuando estuvo por hacerlo de nuevo se recordó que tenían que estar presentes.

"Buenos días", bromeó recibiendo un cojín en su estómago.

"Quítate esa camisa ensangrentada y usa esto, mi mamá no debe tardar en llegar y debemos estar presentables", dice bostezando.

"Oye, no te vayas a dormir de nuevo", acercó su mano a la oreja de Felix y soltó un chasquido.

"Eso intento"

"No uses la tina porque me veré en la obligación de sacarte media hora después porque te dormiste", bromeó.