Amity Blight manos a la obra

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- ¿Entonces

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- ¿Entonces... Eso era lo que nos estaba observando? -. Preguntó Gus con evidente nerviosismo en la voz.

- Estoy segura de que si -. Le respondí con mi vista completamente en el suelo y en mis pasos - eran los mismos ojos...

Nos encontrabamos caminado por el bosque de regreso a nuestro punto de comienzo, siguiendo las marcas que Gus por fin pudo recordar donde las había puesto. Hubo un punto donde el camino se había hecho muy conocido para mi por lo que supe que ya estábamos por llegar a la cerca.

El camino había sido bastante rápido a mi parecer. Creo que era porque ya nadie quería seguir dentro de ese bosque ni un segundo más.

Durante el trayecto, Noceda y yo les contamos todo lo que había pasado: desde el momento en que nos separamos de ellos, la caída de Noceda por el precipicio y nuestro encuentro con aquella horrible bestia.

Los tres chicos se vieron sorprendidos por aquello, pero más que nada, preocupados y asustados.

Desde el momento en que habían llegado, Boscha no se había despegado de mi, manteniendo un brazo alrededor de mi cintura y pegandome con fuerza a ella. La verdad es que era la primera vez que la veía tan preocupada y asustada, tanto, que estuvo a punto de llorar sobre mi hombro en cuanto me abrazo seguido de varios regaños más.

Yo también me sentí aliviada en cuanto la tuve cerca. Estaba realmente preocupada por el paradero de mi amiga de cabello rosa y también me alegró ver que Gus y Willow estaban con ella y también a salvo.

A pesar de que había intentado ocultar mis emociones no podía negar que seguía teniendo mucho miedo. En mi cabeza no paraban de rondar las imágenes de lo sucedido hace rato, sobretodo, la imagen de unos escalofriantes ojos rojos como la sangre que me miraban fijamente.

Nunca en mi vida había experimentado tanto terror, ni siquiera recuerdo haber sentido eso de pequeña. La sensación de quedarme completamente paralizada y el sonido de mi corazón golpeando con rapidez contra mi pecho... Creo que nunca lo iba a olvidar.

Todavía sentía pequeños temblores en mi cuerpo los cuales intentaba ocultar para no preocupar a Boscha y con ello varias preguntas pasaban por mi cabeza: ¿era alguna clase de animal? ¿Una variación de un lobo? ¿Un oso? Todas aquellas preguntas parecían una idiotez al recordar lo que había visto exactamente.

Eso no había sido un animal, y no lo era ¿que era exactamente esa cosa? ¿Que hacía viviendo eso en los bosques de Boiling Islands Village?

Y otra cosa que no salía de mi cabeza era Luz Noceda.

Durante el viaje no había dejado de darle vistazos a la chica para cerciorarme de que estaba bien. La muy terca se había negado a recibir ayuda diciendo que "era completamente capaz de caminar por ella misma". Cosa que en parte era mentira debido a que caminaba de forma torpe, sujetándose la herida de su hombro y soltando alguno que otro quejido.

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