Boiling Islands Village es un pequeño pueblo rodeado de un inmenso bosque, con pocos habitantes y en donde nunca sucede nada interesante.
Entre esos habitantes se encuentran Luz Noceda y Amity Blight, dos chicas que no se llevan bien y que hacen to...
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Sinceramente, nunca pensé que ser herida y maldecida por un monstruo cornudo semejante a un lobo gigante no iba a estar tan mal.
Claro, me hizo pasar una de las peores noches de mi vida donde sentí que ya no regresaba con vida -y vaya que tengo varias-, tengo que tomar una pócima con sabor a mierda para que reduzca considerablemente los efectos de la maldición -y aún así sigo siendo afectada- y me tiene con la esperanza en un hilo por una cura que tarda seis meses en ser creada y con posibilidad de que no sirva para nada. Y el peor de todos: que la marihuana ya no me hace el mismo efecto que antes -literalmente me tengo que fumar tres porros para que apenas me haga un poco de efecto-.
Pero a pesar de todo esto, no estaba tan mal. De hecho con la llegada de la maldición habían llegado cosas buenas:
Conocí a la gran y temible bruja de Boiling Islands Village quien resultó ser... Una bruja de verdad. Sí. Pero también una mujer con un negocio de venta de artefactos extraños y extravagantes -y probablemente también ilegales-, con risa de cerdito y una extraña obsesión con los búhos -razón por la que se ganó el apodo de "Dama Búho" por su servidora- que vivía junto al gran Rey de los Demonios, el ser más adorable que hubiera visto en mi vida. Individuos un tanto... Raros ¡pero hey! Los raros deben de estar juntos ¿no? Según palabras de Eda. Me gustaba pasar tiempo con esos dos a pesar de todas esas cosas y creo que nos habíamos convertido en alguna clase de amigos.
También había logrado entrar al equipo de la escuela y recuperar mi pasión por el Basketball. ¿Qué si era trampa debido a mis habilidades especiales? Pues si, tal vez un poco. Pero descubrí que sólo aparecen cuando estoy muy motivada o que mis emociones están muy elevadas, así que técnicamente también es gracias a mi talento natural.
Pero creo que la cosa más sorprendente que pasó fue la recién forjada amistad con Amity Blight. Durante estas últimas semanas había conocido y convivido con una chica completamente diferente. Sí, seguía teniendo esa expresión de poker casi todo el tiempo, seguía siendo altanera y orgullosa. Pero también había sido divertida, agradable y mucho más relajada. Me había acostumbrado a la Amity real con todos sus matices y eso me gustaba. Me gustaba pasar el rato con ella, conversar, tener nuestras reuniones a escondidas para ver anime -todavía no supera Kimetsu No Yaiba- y nuestro tiempo juntas en el trabajo -aunque ya no sabía quién era más mandona, si Rosa o ella-.
Me sentía feliz estando con ella. Y no me malentiendan, también era feliz con Willow y Gus -no por nada son mis mejores amigos-, también estaban Viney, Jerbo y hasta Boscha. Pero con Amity era... Diferente.
Las cosas iban bien... Aún en estos casos.
- ¡NOCEDA! -. Gritó Boscha desde el otro lado de la cancha - ¡ni se te ocurra pasar de esa línea hasta no ver esa canasta de tres puntos! ¿¡Me escuchaste!?
