🥀━━━𝐒𝐄𝐂𝐇𝐙𝐄𝐇𝐍

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CAPÍTULO 16

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CAPÍTULO 16

WILLKOMMEN, HEIDEN

AXEL

Era una costumbre no tan costumbre que a la hora en que se nos daba la gana comíamos

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Era una costumbre no tan costumbre que a la hora en que se nos daba la gana comíamos. Nuestras rutinas se desorganizaban cuando nuestros padres viajaban a la otra punta del país para visitar otros aquelarres y convencerlos de unirse al nuestro. A pesar de que eran pequeños, lo bueno es que estaban conformados por mujeres más que todo y la mujer en la brujería es algo vital, le da vida al aquelarre, así como su propia ausencia puede quitársela. Y nosotros por el momento éramos un aquelarre de cinco hombres, estábamos verdaderamente jodidos sin una mujer. Lo curioso era que coincidíamos en los mismos horarios de comida cuando nuestras rutinas eran como un licuado de dudosos ingredientes. Al menos eso noté cuando bajé las escaleras después de dormir un rato, viendo a lo lejos la luz de la cocina iluminando una parte del pasillo, así como el sonido de unos platos siendo acomodados en la mesa.

En cuanto entré, vi a Ast con su bermuda de girasoles y sin la camiseta de tirantes que acostumbraba a usar para dormir sirviendo sopa de pollo en dos platos hondos, y a Aren envuelto en una de sus sábanas cafés de pies a cabeza, apenas viéndose el pantalón de algodón del mismo tono que tenía por pijama sentado con el cabello revuelto y algo de sudor en su rostro. Me consoló saber que no era el único tan hecho mierda.

Todos teníamos aspectos deplorables, para ser las dos de la mañana y más cuando estábamos necesitando con creces la luna roja de final de mes. Sólo una semana de espera. Sólo una.

—Kay cocina asqueroso, no lo dejen tocar la cocina de nuevo a no ser que sea para preparar pasteles —advirtió Ast en tono de reproche, mientras servía mi sopa—. Tendré que cocinar yo, porque se les quema todo.

—Yo me encargo de la limpieza, así que no me fastidies —gruñí en su dirección, acomodándome en la silla, dispuesto a comer.

Aren se enderezó en su asiento perezosamente, viendo con mala cara nuestro hermano mayor pero no tan mayor.

—A mí se me olvida cuando tengo que cocinar, pedir comida es mejor y ya, queridos hermanos, ¿No les parece? —rodó los ojos, jugueteando con la cuchara antes de meterla de lleno en el caldo.

KLEIST - [Siniestros Pecados 1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora