CAPÍTULO 20
FLORALIAS
WANDA
𝐌𝐈𝐄́𝐑𝐂𝐎𝐋𝐄𝐒
Hoy detestaba el hedor del cadáver de mi madre más que convivir con su asesina.
Eran las seis de la mañana del veintiséis de agosto y yo me encontraba realizando un esfuerzo sobrenatural por no agarrar el teléfono y llamar a la policía para darle fin a la locura de la desquiciada en el cuarto de al lado. Si bien me hundiría con ella al quedar sin nadie que estuviera a cargo legalmente de mí, o Beatriz podría acusarme de haberla asesinado—cosa que me llevaría a graves consecuencias no sólo legales sino también religiosas—, la única opción que me quedaba era esperar que Axel hiciera algo.
De igual forma me quedaría sola en algún momento, pero no creía que tan pronto.
Así que embutí dos almohadas en el ducto de ventilación y luego me dispuse a aromatizar de alguna forma mi habitación y el pasillo, mientras que escuchaba a Beatriz mover un par de cosas en la habitación donde reposaba el cadáver. Sonaban como bolsas.
¿Iba a deshacerse de ella? ¿Ahora?
No dudé en abrir la puerta, tapé mi nariz con la manga felpuda de mi pijama rosa. A pesar del intento, el hedor a muerto seguía penetrando en mis fosas nasales, causándome arcadas que me esforcé en detener su ascenso por mi garganta. Beatriz envolvía el cadáver de mi madre en un plástico transparente sin cuidado alguno.
La rabia subió desde mis manos hasta mis mejillas cuando noté que había largos mechones de cabello desparramados en el suelo. Los había cortado sin cuidado, como a una muñeca de plástico al igual que la forma en la que la envolvía en el cadáver era como si fuera ropa, algo insignificante.
Cerré los ojos, intentando alejar aquella imagen mental lo más que podía.
En el zoroastrismo, una religión formada en India cerca del 1600 antes de Cristo, no se permitía en entierro o cremación de los cadáveres, por lo que llegaron a una perturbadora solución: se construyeron grandes torres de cilíndricas en la parte alta de las montañas y allí se depositaban los cuerpos para que fuesen comidos por los pájaros, un festín fétido que se daba rápidamente. Esas estructuras pasaron a ser conocidas como Torres de la Muerte.
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KLEIST - [Siniestros Pecados 1]
Mystery / Thriller¿Serías capaz de lidiar con las voces en tu cabeza antes de que todos los que te rodean desaparezcan para siempre? Maxine se ha mudado a Mittenwald buscando una vida más tranquila. Mittenwald es conocido como el pueblo de las leyendas y supersticion...