De cuando un brit de gabardina se te aparece

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-Vaya, qué impresionante.


Volteé, asustada, al escuchar una voz desconocida detrás de mi. Alguien inspeccionaba los maniquíes destrozados en el suelo, con los que acababa de desquitarme en un entrenamiento. Era un pelirrojo que usaba una gabardina marrón y tomé posición defensiva con mis katanas gemelas al pasar la vista de los maniquíes a mí misma, me inspeccionó con unos ojos verdes que parecían ver a través de mi. Lo que claramente no era cómodo.


-¿Puedes hacerlo con personas reales, verdad?- preguntó dando un par de pasos.

-¡Acércate más y verás!- traté de ser amenazante, aunque estaba asustada.


El extraño se detuvo con las manos en alto -No vengo a pelear.- sonrió un poco. No me la creí.

-¿Entonces a qué vienes?- pregunté.


-¿Lexeeeell?

Escuché a lo lejos, la voz de mi madre.


-Oh no, ¡llegó antes!- dije preocupada -¡Ahora no vayas a gritar!- añadí bajito, tomando impulso para saltar hacia el intruso, pero él alcanzó asacar un arma y apuntarme con ella, una luz cegadora fue lo último de lo que supe.


Desperté y vi lucecitas en la obscuridad. ¿Qué estaba pasando?

-¡Hey! ¡Despertó la última!- escuché a alguien.

-¿Estás bien, amiga?- preguntó otra voz, perteneciente a un joven alto, de pelo negro, usando un traje metálico y... muy guapo... que me miraba preocupado.

-¿Quién...- pregunté, levantándome tomando la mano que él me ofrecía.

-Yo soy Ray Palmer- contestó sonriendo -. Si tu siguiente pregunta es "¿Qué hacemos aquí?": Pues no lo sabemos.


¿Cómo podía sonreír? ¡Si todos estábamos ahí sin saber la razón, por lo que recordaba, nos habían secuestrado!


Los inspeccioné un momento: dos personas vestidas con trajes de cuero y sosteniendo máscaras con picos, un enorme sujeto calvo; junto a otro joven, rapado, con gogles y un abrigo; un afroamericano que se veí abastante molesto junto a un hombre de al menos 50 años; y una rubia con cara de no querer a nadie cerca. Bueno, y "Ray Palmer", el nombre me sonaba.


-¡Mi nombre es Rip Hunter!- apareció la persona que había irrumpido en mi entrenamiento, y dijo que era de Londres... y del futuro. Ladeé la cabeza como perrito, mientras explicaba que había un tipo que conquistaría al mundo, y nos había elegido porque nuestras habilidades estaban destinadas a la grandeza, y nos recordarían como "Leyendas".


Utilizó un aparato para mostrarnos cómo estaría el mundo en el futuro: destrozado, con el aire rojizo, claramente lo poco que quedaba estaba en llamas.

Nos dijo que regresáramos en unas horas si decidíamos acompañarlo, haciendo una salida claramente dramática, y yo... yo después de unos segundos solo pude preguntar "Bueno, ¿pero dónde chingados estamos?".


-¿Mexicana?-preguntó el de los gogles -Te trajo bastante lejos de casa, ¿no es así?

Volví a ladear la cabeza.


-Estamos en Ciudad Star- respondió el mayor del grupo.

-¡No solo me secuestraron! ¿También me llevaron a otro país?

-No debería molestarse, ¿señorita...

-Lexell... Lexell Cassini.

-Profesor Martin Stein- se presentó con una ligera inclinación de cabeza -. Como decía: si la han elegido es porque tiene habilidades necesarias, ¿no quiere salvar al mundo?


-No he salvado a nadie nunca- respondí -. No he querido exponerme, o más bien exponer a mi madre.

-Pero ya que viajará en el tiempo, podrá regresar como si nada hubiera pasado, después de haber pasado emociones y aventuras, ¿no es así?


Me mosqueó un poco que insistiera tanto sin conocerme, supuse me estaba dando los mismos argumentos que le emocionaban a él.

-Tengo... qué pensarlo...- solté por decir algo, antes de cubrirme la cara con las manos y soltar un quejido frustrado.


-Entonces no tienes dónde quedarte- dijo Ray acercándose mientras todos se iban. Ir a tu casa y volver te tomará horas. Y... no creo que te hayan traído con una Visa encima.

Resoplé. ¡Otro asumiendo que aceptaría! -Necesito... un teléfono.


Me pidió seguirlo y decidí hacerlo, estuvo contándome que era conocido como Atom, lo que hacía el traje que había diseñado, y lo que había vivido con Flecha Verde. ¡Claro! ¡Raymond Palmer! Uno de los compañeros del trabajo lo idolatraba.


¿Yo qué tenía que contar? Era una metahumana, y sin mucha gracia, solo era más fuerte: al poder ejercer más fuerza con las piernas corría y saltaba más de lo normal, pero nada más. Mi madre me había pedido olvidarme de eso porque era peligroso, y yo había seguido entrenando a escondidas, esperando el momento para convencerla de usar mis habilidades para la justicia.


Llegamos a un edificio muy elegante y noté que era un hotel.

-Tengo amigos aquí, podrás quedarte gratis- aclaró con su sonrisa que se me estaba empezando a hacer familiar, al notar que lo estaba mirando extrañada -. ¡Es de 5 estrellas!

-Pues si la vida te da limones...


Tras agradecerle a mi patrocinador que debía atender otros asuntos, hice limonada de una habitación con jacuzzi y pedir a la habitación un corte de carne término medio con vino tinto, antes de dar cuenta de ellos llamé a mi madre y le expliqué todo.


-¡¿Me estás diciendo que no te olvidaste de tu anormalidad, cómo te lo pedí, y ahora resulta que eres tan buena que te están pidiendo ir a salvar el mundo del futuro?!

-¡Oh, Dios!-exclamé, me había caído el veinte con esas palabras -¡Es justo eso! Mamá, ¿te das cuenta de la oportunidad que tengo frente a mi?

-¿Para qué me preguntas si harás lo que quieras?- me reprochó secamente -. Pero no quiero que regreses dejándolo a medias.

-Iré- afirmé -.Solo espero que no olvides que te quiero. ¿Estarás orgullosa de mi?

Ella suspiró-Pues claro que sí.


Colgué tras un par de minutos de reproches y recomendaciones.

Estaba decidido: me uniría a la misión de salvar el futuro.

-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-

Holi.
Bueno pues: aquí estamos.
Me decidí a ordenar y subir esto, porque no quise sentir que estaba perdiendo el tiempo, porque Rip Hunter fue mi soporte emocional cuando estaba peor que en meses, porque... no sé...
No quiero que sea otra fanfic con diálogos que parecen copipasteados uno por uno, más bien con descripciones lo más breve posibles para ubicar lo que está pasando. Porque van a ser momentos muy puntuales, y no todo lo que pase.

Leyendas del Mañana... y una LexellDonde viven las historias. Descúbrelo ahora