De cuando jugaron al avioncito... contigo

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-¿Rip?

Traté de enfocar la vista y recordar dónde estaba, en medio de punzadas de dolor en el costado de mi cabeza. Me encontré con los ojos de Rip, cristalinos. ¿Qué estaba pasando?

-No me asustes así.- escuché, sintiendo que me estrechaba entre sus brazos. Sentí la piel rasposa de su abrigo en mi cara, reconocí su olor... no había reparado en ello antes... ese era el olor de Rip. Me pasaron por la mente todos los momentos que lo había tenido cerca, sí... a eso olía. Y recordé de pronto lo que estaba pasando.

-¡La niña! ¡Rip, yo la traje!- exclamé soltándome de sus brazos y enderezándome de golpe, todo empezó a dar vueltas violentamente y se me revolvió el estómago. Vi a alguien más en la camilla frente a mi -¿Profesor? ¿Qué?- me llevé la mano a mi cabeza, donde dolía, sentí algo húmedo.

-Sssssh- Rip tomó mi mano y alcancé a ver algo de sangre -... Stein estará bien y la niña también, está detrás de ti.

-Y usted debería dejar de moverse- escuché la voz severa de la IA, mientras volteaba a ver a la niña, fascinada con los lásers que le estaban cerrando la cortada y luego otra vez al Profesor -. Lo más seguro es que tenga una contusión. Puedo resolverla en unos minutos cuando termine con esto, pero podría ponerse peor.

Como si sus palabras lo hubieran provocado, no pude más y volví el estómago. Sentí que cedían mis rodillas. Rip me detuvo y me ayudó a sentarme en el suelo de nuevo, sosteniéndome la cabeza.

-Oíste a Gideon, estarás bien- susurró, tratando de sonreír.

-¿Qué chingados pasó?- solté, entre lágrimas.

-El arma de Vándalo es un robot gigante.

-Digamos que nos usó de avioncito de juguete, amiga- se acercó Jax por fin -. De milagro estamos vivos.

-¿Los demás?- pregunté, sintiendo que se me cerraban los ojos y se me iban las fuerzas.

-Están bien- me respondió Gideon -. Respire, Señorita Cassini. No debe dormirse, lleve el mayor oxígeno posible a sus pulmones.

Como si Gideon nos lo hubiera dicho a todos, los tres cerramos los ojos, aspirando profundo el aire que se sentía algo caliente y soltándolo lento.

-¿Mejor?- me preguntó Rip, tras respirar así tres veces.

-Sí- respondí, con una media sonrisa.

-Terminé con la niña- apuntó Gideon.

-¿Jax, puedes quedarte?- pidió el Capitán -Yo la llevaré con los demás refugiados, y tengo que revisar otras cosas después de nuestro... impacto.

Jax asintió, me ayudó a levantarme mientras Rip cargaba a la niña para llevársela. La abrazó unos segundos. Supuse que estaba pensando en su hijo.

-¿Debí decirle que se quedara y la llevaba yo?- me distrajo Jax de seguir mirando cómo salían de la habitación.

-¿EH?- sentí que me sonrojaba.

-Vamos, ¿a quién engañas? Te gusta Rip.

- ¿Quédices? ¿Perocómoesquetú...

-¿Podría calmarse, señorita Cassini? Cierre los ojos o la dejaré ciega.

Obedecí a Gideon, gruñendo.

-Seguro tiene cosas que revisar, si es que nos estrellamos- dije, tratando de calmarme.

-Si llamas "estrellarte" a que te arrojen para anotar un gol de campo desde medio estadio- se burló Jax -. Pero no me cambies el tema.

-¿Qué tema, Jax? ¿Dime algún punto por el que es importante este tema?

Leyendas del Mañana... y una LexellDonde viven las historias. Descúbrelo ahora